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No lo consiguió el colapso financiero mundial, y ahora la mera posibilidad de impedir un cataclismo medioambiental no logra concentrar a las mejores mentes del mundo. En un año de encuentros globales decepcionantes como el G7 o el G20, la Conferencia sobre el Cambio Climáticoque tendrá lugar en Copenhague en el mes de diciembre parece estar condenada al fracaso. La portada del diario The Independent informa de que debido a que países como Estados Unidos, Canadá y Rusia se muestran reacios a la hora de reducir las emisiones y de financiar a los países en vías de desarrollo, Gran Bretaña ha decidido arrojar la toalla y unos altos cargos del gobierno han declarado que “no hay esperanza alguna de que se firme un tratado sobre el cambio climático que sea legalmente vinculante”. “Las posturas de las mayores potencias del mundo son tan dispares que igual será necesario esperar un año o más”, afirma el diario London Daily, y todo ello después de veinticuatro meses en los que 10.000 funcionarios de 192 países han estado trabajando para preparar la Conferencia de Copenhague.
