Una semana después de la dimisión del Gobierno y con el país en la mira de las agencias de calificación por su abultada deuda pública, el presidente Dimitris Christofias acaba de presentar su nuevo Ejecutivo. Y aunque a día 5 de agosto algunas carteras no han sido aún públicamente asignadas, “los ministros ya nombrados han empezado a trabajar inmediatamente”,titula el diario Politis.
Únicamente apoyado por la formación comunista AKEL –de la que procede el nuevo titular de Finanzas, Kiryacos Kazamias, antiguo miembro del Tribunal de Cuentas europeo- e integrado en buena medida por tecnócratas, el nuevo Gobierno asume su función en medio de un “pesado clima político”: la explosión el pasado 11 de julio de un cargamento de municiones que causó 13 muertos ha dejado a una parte de la isla sin electricidad; a su vez, miles de manifestantes, empujados por la crisis económica, irrumpen a diario en las calles contra las medidas de austeridad, consideradas necesarias para el país. A esto se añade que la Presidencia de la UE recaerá sobre Chipre en 2012, “y todo sin que la división que sufre la isla desde 1974 –norte turcochipriota, sur grecochipriota- no haya sido aún resuelta”, concluye el diario.