A pesar del "ambiente distentido de la cumbre europea sobre la evasión y el fraude fiscal" el 22 de mayo, De Morgen lamenta que "había pocas razones para alegrarse":
La determinación de las declaraciones no han podido esconder que los Estados miembros miren sobre todo a los demás. Así, Irlanda estima que no tiene nada que reprocharse en el tema [de la optimización fiscal] de Apple, y Luxemburgo y Austria no quieren intercambiar sus datos bancarios si Suiza se niega a ello.
En cuanto a las declaraciones de Herman Van Rompuy, según el que "se trata de una lucha común contra las prácticas abyectas", "no han sido acogidas con demasiado entusiasmo", subraya el diario.