¿Debería Polonia prepararse para el putinismo que le espera?

¿Cómo perdió Rafał Trzaskowski, el candidato liberal respaldado por el primer ministro Donald Tusk, las elecciones presidenciales frente al nacionalista Karol Nawrocki? En su revista de prensa, Paulina Siegień señala que todo salió mal en las últimas etapas de la campaña y que ahora el país podría presenciar un resurgimiento de la derecha radical.

Publicado en 11 junio 2025

El alcalde de Varsovia Rafał Trzaskowski, un liberal que representa a la Coalición Cívica del primer ministro Donald Tusk, se enfrentó al nacionalista Karol Nawrocki, que se presentó como apartidista, pero que en realidad fue elegido y promovido por el partido Ley y Justicia (PiS, extrema derecha) de Jarosław Kaczyński.

Nawrocki ganó con menos de un 1 % de diferencia, superando numerosos escándalos y controversias que surgieron durante las últimas semanas de campaña. Las revelaciones en cuestión eran sin duda condenatorias.

Aparentemente, Nawrocki se adueñó fraudulentamente de un piso ubicado en un atractivo distrito de Gdansk y perteneciente a un anciano que había sido enviado a una residencia; tenía vínculos con círculos de vandalismo futbolístico, incluidas las facciones fascistas; y trabajó, en el pasado, como guardia de seguridad en el lujoso Grand Hotel de Sopot, donde se encargaba de organizar entretenimiento sexual para los huéspedes.

Pero todo el mundo merece una segunda oportunidad, ¿no? La clase de persona que Nawrocki fue en el pasado es menos importante que la clase de presidente que será. No cabe duda de que su visión del mundo es aquella de la derecha dura ni de que maniobrará para que su patrón, el PiS, vuelva al poder. Y no se puede descartar que vaya a ir más allá, en la dirección del partido de derecha radical Confederación, cuyo candidato, Sławomir Mentzen obtuvo el tercer lugar en la primera vuelta de las elecciones.

A día de hoy, la Polonia liberal está sumida en lamentos y recriminaciones, según sostiene Manus Jałosewski  en Oko.press. Numerosos análisis posteriores han intentado responder a la pregunta sobre cómo fue posible que “nuestro candidato” perdiese las elecciones.

Durante muchas semanas, las encuestas dieron una clara ventaja a Rafał Trzaskowski, pero todo se desplomó en la etapa final de la campaña. El alcalde de Varsovia demostró ser un candidato débil al intentar maniobrar entre diferentes posturas para complacer a distintos grupos de votantes (algunos de ellos totalmente opuestos).

Primero se inclinó hacia la derecha en un claro intento de complacer a los votantes de Confederación. No fue hasta poco antes de la segunda vuelta que se acordó de su electorado, mayormente de izquierdas. Esto resultó desagradable para ambos grupos. Para empeorar la situación, en los eventos de campaña, Trzaskowski solía verse cansado y apático. Según informa Tomas Mateusiak en Onet, también hay quienes culpan a su equipo de campaña por haber metido la pata a la hora de desarrollar una estrategia electoral coherente.

Detrás de Rafał Trzaskowski se encontraba el irresponsable gobierno del impopular primer ministro Donald Tusk. Se suponía que la Coalición Cívica en el poder debía ser un remedio a ocho años de abusos autoritarios por parte de Ley y Justicia. En la mayoría de los casos, optó por seguir las políticas represivas del PiS hacia los activistas, las minorías y los migrantes. Como señala Ewa Karbowicz en Gazeta Prawna, ahora el gobierno está al borde del colapso y Tusk ha prometido un voto de confianza. La mayoría de los polacos que siguen la política están esperando a ver si se realizarán elecciones anticipadas y cuándo.


“La Polonia actual dejaría de existir y solo podría reconstruirse cuando Rusia pierda su influencia” – Vitaly Portnikov


La victoria del bando democrático de Donald Tusk en las elecciones generales de 2023 debía invertir el deslizamiento hacia el populismo de derecha, tanto en Polonia como en los alrededores. Después de la victoria de Nawrocki, y teniendo en cuenta las encuestas actuales, podemos estar bastante seguros de que para 2027, a más tardar, Varsovia volverá a estar bajo el control de la derecha radical populista (y anti-Ucrania). Entonces Polonia podría unirse al eje de la Hungría de Orbán y la Eslovaquia de Fico.

Dado su tamaño y su potencia económica, Polonia constituiría un premio significativo para dicha alianza. Todavía cuesta imaginar a Varsovia teniendo el mismo acercamiento con el Kremlin que Orbán y Fico. Pero un gobierno polaco como este sin duda jugaría la carta antieuropea y apostaría su política extranjera por la amistad con Trump. Los oficiales de Washington — incluyendo a Kristi Noem, que visitó Polonia para la conferencia CPAC unos días antes de las elecciones — mostraron un apoyo abierto a Karol Nawrocki, informa Karol Żak de RMF24 . Durante su campaña, el nuevo presidente estuvo de acuerdo con la petición de la Confederación para rechazar todo ingreso de Ucrania a la OTAN. Esto no solo es un golpe para los intereses vitales de Polonia, sino que también constituye una de las exigencias explícitas de Rusia para acabar con la guerra en Ucrania. Por ende, debemos prepararnos para la llegada de un tipo de putinismo a Polonia.


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Hace más de un año, hablé con el periodista ucraniano Vitaly Portnikov. Le pregunté sobre las consecuencias que la derrota de Ucrania en la guerra con Rusia podría causar en Polonia. Se solía pensar que si Rusia lograba subyugar a Ucrania, Moscú atacaría más al oeste, a Polonia y a los Estados bálticos. No obstante, Portnikov contestó que “si Ucrania y otras antiguas repúblicas soviéticas colapsan y Putin consigue restaurar su imperio dentro de las fronteras de la Unión Soviética previas a su colapso en 1991, Polonia puede olvidarse de su independencia durante décadas. En un escenario como este, los políticos que abogan por una política prorrusa de coexistencia con Moscú estarían en el poder. La Polonia actual dejaría de existir y solo podría reconstruirse cuando Rusia pierda su influencia”.

Ese escenario ahora parece más posible que nunca. Y, sin embargo, Rusia sigue siendo completamente incapaz de vencer a Ucrania y restaurar la URSS.

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