El 18 de agosto, el presidente francés Emmanuel Macron, el primer ministro británico Keir Starmer, el canciller alemán Freidrich Merz, la presidenta del consejo italiano Giorgia Meloni, el presidente finlandés Alexander Stubb, así como la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen y el secretario general de la OTAN Mark Rutte se reunieron en Washington con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el de Estados Unidos Donald Trump para una cumbre sobre las modalidades de un posible acuerdo de paz en Ucrania.
La cumbre tiene lugar después de la reunión celebrada el 15 de agosto entre Trump y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en Anchorage (Alaska), cuyo principal resultado fue sacar a este último del aislamiento diplomático en el que se encontraba desde la invasión total de Ucrania en febrero de 2022.
Los líderes europeos, preocupados por evitar que el inquilino de la Casa Blanca respaldase la postura del jefe del Kremlin, defendieron un alto al fuego previo a cualquier conversación directa entre Zelenski y Putin, que podría comenzar en las próximas semanas. También denunciaron las concesiones territoriales impuestas por la fuerza a expensas del derecho internacional, y confirmaron que quieren mantener la doble amenaza de nuevas sanciones y un aumento de la ayuda militar a Ucrania para incitar la negociación por parte del agresor ruso. Asimismo, insistieron en la implementación de “garantías de seguridad” para tranquilizar a Kiev y disuadir a Moscú de iniciar ataques, en caso de que se produzca un cese de hostilidades.
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