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Y una polémica más para Catar. Mientras se sigue celebrando la Copa del Mundo, que ya experimentó su buena dosis de polémicas, el país está de nuevo en el punto de mira, esta vez por un escándalo que sobrepasa ampliamente sus fronteras. El 9 de diciembre, la policía federal belga llevó a cabo una amplia redada dirigida a personas relacionadas con el Parlamento Europeo. Se sospecha que estas recibieron regalos e importantes sumas de dinero por parte de Katar, con el objetivo de influir en las decisiones del Parlamento Europeo y favorecer su imagen internacional, como destapa una investigación realizada por los medios belgas Le Soir y Knack.
A la cabeza de esta amplia operación está una de las catorce vicepresidentas del Parlamento Europeo, la griega Eva Kaili (Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, ahora suspendida), a la que pillaron in fraganti: durante un registro de su domicilio se descubrieron al menos 150 000 euros en efectivo y regalos cataríes, mientras que su padre fue detenido con una maleta con más de 600 000 euros en efectivo.
Entre el resto de sospechosos de la investigación que han sido encarcelados, figuran el asistente parlamentario (y pareja de Kaili) Francesco Giorgi; el antiguo eurodiputado socialdemócrata e (irónicamente) presidente de la ONG bruselense Fight Impunity, Pier Antonio Panzeri; y Niccolò Figà-Talamanca, dirigente de la ONG No Peace Without Justice. Si bien la operación anticorrupción ha provocado una oleada de reacciones por parte del personal europeo, Catar ha desmentido cualquier implicación en el escándalo.
