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Cuando les preguntan quién dirige su país, muchos rumanos responden sin dudar: “Los servicios secretos”. Las teorías conspirativas siempre han sido las explicaciones más populares a los principales acontecimientos políticos que afectan al país, o al mundo, y que a veces incluso se atribuyen a desastres naturales para ocultar fuerzas con agendas ocultas.
Los recientes escándalos periodísticos que rodean la caída de dos de los magnates de la prensa más influyentes de Rumanía han desencadenado una nueva ola de teorías conspirativas que implican a los “servicios”, a los que la mayoría considera las marionetas del presidente Traian Basescu.
En septiembre, uno de los hombres más ricos de Rumania, Sorin Ovidiu Vîntu, fundador y propietario del grupo de medios de comunicación Realitatea, fue arrestado (y luego puesto en libertad en espera de una investigación) por ayudar a huir del país a una persona condenada por fraude. El caso incluía un “squema Ponzi” fallido disfrazado de banco de inversión que parece explicar, al menos en parte, el origen de la fortuna de Vîntu.
El extraño caso de los magnates
El ocaso de los magnates comenzó en junio con el arresto (y posterior puesta en libertad, también pendiente de investigación) de Dan Diaconescu, propietario y periodista estrella de OTV, el principal canal de televisión rumano de periodismo sensacionalista. Fue acusado de acosar y chantajear a oficiales electos y sociedades comerciales, entre ellas una importante marca de cerveza, a los que supuestamente les pedían el pago de considerables sumas de dinero bajo la amenaza de lanzar una campaña mediática negativa dirigida por el popular canal.
En ambos casos, los archivos con las transcripciones de las conversaciones privadas que mantuvieron los magnates acusados con políticos, periodísticas y otras figuras privadas, han aparecido en la prensa. Esto ha generado acusaciones contra los servicios secretos por tramar las filtraciones para agradar a su jefe, Basescu, y para desviar la opinión pública de la actual crisis económica.
Basescu supervisa de manera general los servicios de espionaje del país, cuyos informes recibe a diario, pero los jueces deben de otorgar permisos para escuchar las llamadas telefónicas de los sospechosos. Las transcripciones muestran que importantes personalidades de los medios de comunicación han obedecido ciegamente a Vîntu, incluso cuando no estaban trabajando directamente para él. Posteriormente, los implicados han intentado reducir todo el asunto a una vendetta personal iniciada por el señor Basescu contra los magnates, que apoyaron abiertamente a su rival, el socialista Mircea Geoana, en las elecciones presidenciales de diciembre de 2009.
El incestuoso mundo de la política rumana
La sorpresa en aquellas elecciones fue la intensa implicación personal de los magnates de los medios de comunicación, al menos de algunos que podrían haber tenido un interés personal en luchar por tener a un presidente socialista en Bucarest. El hecho de que amasasen sus fortunas en circunstancias sospechosas durante las dos legislaturas socialistas anteriores en los años 90 nunca ha sido un secreto.
Las transcripciones de las conversaciones, que ocuparon los titulares durante semanas, ofrecen una visión fascinante del incestuoso mundo de la política rumana, en el que los propietarios de medios de comunicación pueden crear o destruir las carreras de los políticos. Lectores, espectadores y oyentes descubrieron un mundo de corrupción y jerga de gángsters en el que los políticos solo saben expresarse con improperios e insinuaciones sexuales.
La reacción de la "mentalidad conspirativa"
Los lectores descubrieron cómo el antiguo candidato a la presidencia, Geoana, se disculpaba ante Vîntu la noche de las elecciones del 6 de diciembre de 2009 por no haber respondido inmediatamente a su llamada. Pudieron leer cómo el señor Vîntu solicitaba la cartera de un ministro de Defensa o de Finanzas durante una conversación con un político liberal. Los liberales apoyaron con sus votos a Geoana en contra del actual titular del cargo, Basescu.
La reacción de la mayoría de la prensa y del público fue la característica de la “mentalidad conspirativa”. La interpretación más aceptada fue que Basescu está ajustando cuentas ordenándole a los servicios secretos que filtren las transcripciones a la prensa. El hecho de que, por ley, estas últimas están abiertas para la consulta de cualquiera que así lo solicite, fue tácitamente ignorado. Es mucho más reconfortante haber identificado a un enemigo.
Prensa
Una “amenaza” para la seguridad del Estado rumano
Jurnalul National celebra el “apoyo europeo a la prensa rumana” al día siguiente de la aceptación por parte del Parlamento de Estrasburgo de una petición presentada a finales de septiembre por varios sindicatos de periodistas rumanos en protesta contra la inscripción de la prensa en la lista de posibles amenazas a la seguridad nacional en el marco de la Estrategia Nacional de Defensa Rumana (SNAp), actualmente bajo examen por el Parlamento de Bucarest. “La prensa es libre en una democracia libre”, declaró Viviane Reding, la comisaria europea de Justicia y Derechos Fundamentales, rebelándose así contra una medida que pretendía poner a la prensa rumana bajo el control del Estado. A iniciativa del presidente rumano Traian Basescu, la SNAp pretende combatir “el fenómeno de las campañas de prensa orquestadas con el fin de denigrar las instituciones del Estado a través de la difusión de informaciones falsas”, así como “las presiones ejercidas por grupos de prensa sobre decisiones políticas con el fin de obtener ventajas económicas”.
