Hace unos días, un grupo de ochenta y un vendedores y productores horticultores de la región de Tesalónica anunciaron que a partir del 1 de junio reducirán hasta un 50% el precio de frutas y verduras en los mercados después de las 12 horas, para las familias numerosas y los desempleados.
Hoy es el turno de los panaderos. La Unión de panaderos de Atenas ha decidido rebajar el precio del pan del día a ciertas horas. "Hemos propuesto a nuestros miembros que bajen el precio como deseen, para ayudar a los más desfavorecidos", explica el presidente de la Unión, Andréas Christou. La oferta es válida la mitad de la jornada, de 14 a 16 horas. La hogaza de pan (de 350 gramos de media) costará 50 céntimos, en lugar de los 80 céntimos o del euro que cuesta tradicionalmente. "Es un precio razonable", añade Christou. No se ha especificado el tipo de pan ni la duración de esta iniciativa. La operación tiene como finalidad ayudar a los más desfavorecidos, que son los más afectados por la crisis.
No obstante, algunos panaderos no han esperado a esta iniciativa y ya han reducido sus precios desde principios de año, para competir con los supermercados y sobre todo para mantener a su clientela. En estos tiempos difíciles, los griegos reducen cada vez más el consumo de productos de primera necesidad y se limitan a lo esencial. El consumo de pan habría descendido un 20% con respecto al pasado año y la frecuentación de los mercados, un 30%.
Uno de cada cuatro griegos bajo el umbral de la pobreza
Algunas asociaciones de consumidores desearían que el ejemplo cundiera entre otras uniones de comerciantes, ya que Atenas se encuentra entre las capitales más caras de Europa, mientras que el salario base es uno de los más bajos. Uno de cada cuatro griegos vive por debajo del umbral de la pobreza europea, por lo que se aconseja actuar con diligencia para detener esta hemorragia.
Tras los hosteleros, los panaderos y los horticultores, el movimiento llega a los bancos. Algunos se han visto obligados a reducir las mensualidades de los préstamos de sus clientes un 50 e incluso un 70% para asegurarse de que los pagarán. Hace unos años, estos mismos bancos impulsaban a los griegos a solicitar créditos al consumo o inmobiliarios y sobre todo tarjetas de crédito.
Ante la crisis, los bancos temen caer en la quiebra y han reaccionado urgentemente. Actualmente es casi imposible obtener un préstamo, pero ante todo intentan mantener a flote los que ya se han concedido. Las cifras son alarmantes. Cerca del 13,4% de los préstamos contratados por los griegos están al borde del impago. Por lo tanto, más vale reducir las mensualidades que multiplicar los procedimientos por falta de pago.