Neuruppin, ciudad del Länd de Brandenburgo.

Repoblemos la RDA

Cada vez más polacos se mudan para instalarse en la antigua Alemania del Este. Ocupan el vacío creado por el éxodo de los “Ossies” [calificativo empleado para designar a los alemanes orientales] tras la caída del muro de Berlín. Lidové Noviny invita a los checos a hacer lo mismo, y a difuminar así las fronteras de Centroeuropa.

Publicado en 29 agosto 2011 a las 14:51
Neuruppin, ciudad del Länd de Brandenburgo.

En los últimos años, Löcknitz, a unos 50 kilómetros de la costa del mar Báltico, vive un pequeño milagro. Es una de las pocas ciudades del este de Alemania que ha conseguido frenar el declive de su número de habitantes- Su población ha incluso aumentado. Y, un fenómeno muy poco habitual en esa región, las escuelas infantiles y las clases de primaria también han visto crecer el número de alumnos. Pero en cualquier cuadro existe siempre una pequeña sombra. Los nuevos habitantes no son alemanes; son polacos, eminentemente originarios de la ciudad portuaria de Szczecin, que cuenta con varias centenares de miles de habitantes y se encuentra a tan solo una veintena de kilómetros de Löcknitz.

"Las casas y los terrenos resultan más baratos aquí que en los alrededores de Szczecin. Incluso los impuestos son más bajos y la calidad de los servicios públicos es mucho mejor”, remarca el propietario de una pensión, polaco. “La misma casa por la que aquí he pagado 35.000 euros, me hubiese costado 250.000 euros en Szczecin”, explica otro polaco, que ha venido a charlar un rato a la pensión. Y añade: “No ha sido nada complicado, los alemanes de aquí parten hacia el Oeste”.

De hecho, el 15% de los habitantes ya son polacos y, en las escuelas infantiles de la ciudad un niño de cada 5 tiene nacionalidad polaca. Incluso los alemanes que viven aquí aprecian a los polacos: “Sin ellos”, afirma la propietaria alemana de un restaurante local de alta gama, “la ciudad estaba abocada a morir”. Pero la mayoría de las ciudades del este de Alemania no han corrido la misma suerte que Löcknitz. Hace 50 años, los comunistas de Alemania del Este construyeron el muro de Berlín, en parte fue para frenar el éxodo de los ciudadanos de la RDA hacia el Oeste. Cada año, más de 100.000 personas pasaban al Oeste. El país corría el riesgo de despoblarse totalmente.

El este pierde tres millones de habitantes

Para un gran número de expertos, la reunificación relámpago de la Alemania tras la caída del muro de Berlín se explica por el flujo masivo de alemanes, que comenzaron a emigrar del Este al Oeste. Pero ni la reunificación, ni la colosal transferencia de dinero (más de un billón de euros) para poner el Este a la altura del Oeste pudieron detener el éxodo. Consiguieron únicamente ralentizarlo y estabilizarlo en torno a 100.000 personas al año.

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Son razones de orden económico — los salarios más bajos y una tasa de desempleo importante. En comparación a los 17 millones de la antigua Alemania del Este, hoy en día se contabilizan alrededor de 14 millones de habitantes en el este de Alemania, teniendo en cuenta que Berlín y sus alrededores tienen algo que decir al respecto, por el aumento del sus habitantes a lo largo de los 10 últimos años tras la transferencia de la capital de Bonn a Berlín. Pero en muchas ciudades del este de Alemania, la situación es radicalmente diferente.

Por ejemplo, Zwickau, en Sajonia, donde sin embargo se ha implantado una fábrica de automóviles importante de Volkswagen, y que hoy en día no cuenta mas que con 90.000 habitantes frente a los 120.000 de 1989. Y se augura incluso un porvenir más sombrío para la ciudad. Tal y como ya lo ha señalado el Frankfurter Allgemeine Zeitung, el este de Alemania se enfrentará de aquí a unos años con un shock demográfico, porque la tasa de natalidad actual es de 0,77 hijos por mujer y el número de hombres solteros sobrepasa en mucho al de mujeres.

La Europa Central de antaño

Únicamente los países más pobres de Europa tienen un ritmo de declive poblacional comparable al de la antigua Alemania del Este después de veinte años.

La enorme transferencia de recursos desde el Oeste al Este, que estuvo acompañada de la construcción de infraestructuras modernas, ofrece a los checos y a los polacos, con el fenómeno actual de despoblación, una oportunidad formidable de ‘colonizar’ esos territorios. Son sobre todo los polacos quienes han comenzado a explotar esas oportunidades, muchos de los cuales han seguido una fórmula del tipo: "Yo vivo en Alemania, trabajo en Polonia".

Discretamente, de puntillas, reaparece la Europa Central de antaño, cuyas fronteras de Estados nación a menudo eran muy imprecisas. Y todo ello de una manera bien diferente a la que hubiésemos podido temer. He ahí otra razón por la que nosotros podríamos y deberíamos superar por fin nuestros complejos de inferioridad frente a Alemania y a los alemanes.

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