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Un atentado como los que ya no se ven en Europa. El 15 de mayo, el primer ministro eslovaco Robert Fico (SMER-SD, populista de izquierdas), fue víctima de un intento de asesinato. Al salir de una reunión gubernamental en la ciudad de Handlova (en el centro del país), Fico recibió cinco disparos y tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital. Hoy su vida ya no corre peligro. El autor, un exagente de seguridad y poeta de 71 años, ha sido arrestado por la policía.
Si bien el móvil del autor no está claro, el ataque ha generado una oleada de manipulaciones políticas. Los próximos a Fico señalan a sus adversarios y reprochan un acto “con motivos políticos”. También han circulado muchos bulos con respecto a los hechos, pues Eslovaquia es un país especialmente sensible a las teorías conspirativas. Tan solo falta saber cuáles serán las consecuencias del ataque, especialmente en las elecciones europeas (que en Eslovaquia tendrán lugar el 8 de junio de 2024). Varios observadores temen que el tono hacia los medios de comunicación se endurezca y que se menoscabe al sistema judicial en nombre de la seguridad y la unidad nacionales.
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