“Corren malos vientos entre París y Bruselas”, afirma Libération, que negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.
El 23 de junio, el ministro francés de Fomento, Arnaud Montebourg, acusó al presidente de la Comisión de ser “el combustible del Frente Nacional”. José Manuel Durao Barroso replicó que “algunos responsables políticos franceses deberían abandonar la ambigüedad frente a Europa y defenderla más ante el nacionalismo, el populismo, o el chovinismo”.
El diario de izquierda explica que este intercambio de epítetos se debe a las ambiciones de José Manuel Durao Barroso:
Al promover este tratado, que corre el riesgo de traducirse en un aumento del euroescepticismo, [Barroso] muestra que su agenda ya no europea, sino atlántica. Según nuestras fuentes, se prepara para hacer campaña y hacerse con la secretaría general de la ONU o de la OTAN. Y por eso, tiene que lograr un acuerdo con los estadounidenses, de ahí que les ofrezca garantías con el TTIP [Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión] y los ataques contra Francia.
Por su parte, Le Figaro considera que el presidente de la Comisión, como “objetivo ya fijado, paga el desencanto de los franceses con Europa y con un Gobierno que casi no logra anotar tantos contra la crisis”.
El capítulo de la excepción cultural y sus coletazos muestran hasta qué punto la clase política francesa, tanto de izquierda como de derecha, se adhiere poco a un liberalismo económico que sigue siendo el credo de la mayoría de sus vecinos, alemanes incluidos. Ésa es la primera causa de su desamor. La segunda, más política, podría surgir en la cumbre europea del jueves, o en los pasillos, y es la reticencia del Elíseo a la hora de someter a Francia a las reformas y a los objetivos presupuestarios de una gobernanza europea que… François Hollande anhela repetidamente.
El diario conservador también ve la mordaz respuesta que José Manuel Durao Barroso ha dado a París como una reacción ante el acercamiento entre el Elíseo y la Cancillería alemana.
El tándem se ha vuelto a unir con la reunión de mayo y la última “contribución franco-alemana”, aunque fuese meramente formal. De ahí, la consabida consecuencia sobre la dinámica europea. La Comisión reina cuando Francia y Alemania están en distintos bandos, pero se convierte en el chivo expiatorio si ambas naciones fundadoras se arreglan bien…
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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