Nicolas Sarkozy "quiere acabar con la Europa colador", titula Le Figaro. Durante un mitin político ante miles de simpatizantes, el presidente y candidato a la presidencia anunció dos propuestas de gran calado: una revisión de los acuerdos de Schengen sobre la libre circulación de personas para reforzar las fronteras, y amenazó con suspender la aplicación de los mismos por parte de Francia si esta revisión no tiene lugar en los próximos 12 meses; y también abogó por un "Buy European Act" [Ley de compra europeo], basándose en un modelo estadounidense, que permitiría que las empresas que produzcan en Europa se beneficien de dinero público europeo en las licitaciones públicas. Para el diario de derecha, Nicolas Sarkozy se ha convertido de este modo en "abogado de Europa", puesto que le ha dedicado más de de la mitad de su discurso:
La campaña presidencial, que muchos dudaba que se fuese a derivar hacia nimios enfrentamientos sobre temas poco relevantes, por fin despega. Ayer, en Villepinte, Nicolas Sarkozy evocó muy acertadamente que el destino de Francia estaba vinculado al de Europa [mientras] François Hollande alza sus puños para renegociar el pacto europeo sobre el equilibrio presupuestario […] Para reconciliar al conjunto de los franceses con Europa, esta "Europa política que protege" no debe ser un "colador", Nicolas Sarkozy quiere corregir los mecanismos que fallan, reforzando las convergencias entre los Estados, protegiendo las fronteras. Así, los llamados acuerdos de Schengen no tienen lo suficientemente en cuenta los flujos migratorios hacia la Unión, en un momento en el que los Estados miembros carecen ya de medios para mostrarse generosos.
Por el contrario, el diario de izquierdaLibération, considera que Nicolas Sarkozy
trató ayer de conseguir un halo al estilo de Mitterrand, de presidente preocupado por poner orden y adoptar un enfoque europeo. Pero no hay Mitterrand que valga. Al escoger el ámbito de la inmigración y un tono de edicto, Nicolas Sarkozy ha puesto a Europa en el punto de mira por sus cálculos electorales.
La página web de Mediapart, por su parte, subraya que el candidato
con esos ultimatums se erige en modelo de gobernanza, y se inspira en los grandes líderes populistas europeos. En el expresidente polaco Lech Kaczynski, conservador, nacionalista y autor de numerosas obras de teatro sobre el escenario europeo. [...] Y también en el presidente checo Vaclav Klaus o incluso en el líder húngaro Viktor Orbán.
En Berlín, el diario alternativo Tageszeitung señalaque el presidente francés Nicolas Sarkozy “ha dado algunos pasos más hacia la derecha”:
Si sigue un poco más, va a caer en los brazos de Marine Le Pen del Frente Nacional. [...] ¿Seguirá Angela Merkel manifestando su apoyo a Nicolas haga lo que haga? Al igual que otros jefes de Gobierno conservadores, ella se ha opuesto al candidato socialista François Hollande, porque éste no desea torpedear el pacto fiscal, sino simplemente darle más cuerpo. Y ahora es precisamente el propio Sarkozy el que estaría dispuesto a modificar cuatro tratados europeo. Francia sigue siendo tan desconcertante como siempre.
Según La Stampa, “un Sarkozy estresado” trata de atraer a los votantes de la extrema derecha, incluso si así va en contra de lo que él mismo manifestó el año pasado al apoyar la propuesta de reforma que tenía como objetivo dejar los controles fronterizos en manos de Bruselas. Si él resulta electo, según señala el diario,
conseguirá darle la vuelta a la situación, al igual que hizo en 2008, cuando en el lapso de un verano se transformó de euroescéptico en padre fundador de Europa.