“Agricultor busca tractor” titula Die Welt, que consagra su portada a la desaparición de máquinas agrícolas en la frontera entre Alemania y Polonia. El fenómeno no está documentado con cifras oficiales, pero 92 explotaciones agrícolas de la región se han agrupado para calcular la magnitud del problema. El resultado, el 80% de ellos ya han sido víctimas de numerosos robos, por valor de 2,2 millones de euros. Los robos nocturnos empiezan a enturbiar el ambiente de la región, señala el diario.
La apertura de la frontera germano-polaca en 2007 [fecha de entrada de Polonia en el espacio Schengen] facilita el trabajo de los ladrones. Rara vez son detenidos. Mientras los alemanes acusan a los polacos, estos señalan con el dedo a lituanos y ucranianos. Arguyen que Polonia no es más que un país de tránsito.
El diario de Berlín informa de que si los motores abandonados se han recuperado en los bosques ha sido gracias a su GPS o porque estaban bloqueados en los pantanos. Frente a esta explicación tan poco creíble y a las amenazas de los agricultores enfadados, que podrían tomarse la justicia por su mano, el Gobierno de la región de Brandeburgo ha enviado tres unidades de policía a la frontera. Los expertos hablan de un “efecto Schengen”, explica Die Welt:
En Polonia, los robos de vehículos han disminuido después de la apertura de las fronteras, pero en Alemania han aumentado. En Brandeburgo, concretamente, se han triplicado. [...] Pero los alemanes se sienten impotentes. No tienen derecho a perseguir a los vehículos sospechosos en Polonia. Irónicamente, los acuerdos de Schengen construyen fronteras en ese ámbito.
La respuesta ya está en marcha: se ha creado un equipo germano-polaco de 50 funcionarios para luchar contra este tipo de robos.
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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