La tormenta Boris, que azotó a Europa central y oriental a mediados de septiembre con fuertes precipitaciones, dejó 24 muertos y decenas de miles de damnificados en Polonia, Rumanía, Austria, Eslovaquia, República Checa y en el norte de Italia (en Emilia-Romaña, que ya había sido víctima del mismo fenómeno el año pasado); una cifra que podría aumentar en los próximos días.

La Comisión Europea anunció una ayuda de 10 000 millones de euros del Fondo de Cohesión para los países afectados por las inundaciones.

La tormenta Boris es considerada por los científicos como un evento climático extremo, exacerbado por el calentamiento global. “Actualmente, la temperatura de toda la zona superior a Europa central, tanto las masas continentales como las oceánicas, ha subido entre dos y tres grados en comparación con la época preindustrial debido a la intervención humana, mediante la emisión de gases de efecto invernadero que afectan el clima”, explica Marc Olefs, responsable de investigación climática en Geosphere Austria.


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