Una ganga

Publicado en 2 julio 2010 a las 15:41

El final de la presidencia española de la Unión, que tendrá lugar el 30 de junio, y el comienzo de la presidencia belga, supone un cambio de etapa en más de un sentido. En efecto, es la última vez que un “gran” país miembro del “núcleo duro” toma la dirección de la UE en varios años: habrá que esperar a 2014 y a la presidencia italiana para que vuelva a ocurrir. Antes de eso, se sucederán las presidencias de Hungría, Polonia, Dinamarca, Chipre, Irlanda, Lituania y Grecia. Unos países cuyo compromiso europeo está fuera de toda duda, pero cuya capacidad –o voluntad- de influir sobre los asuntos de la Unión es menor que la de los países “grandes” o “antiguos”.

Ello podría tener como resultado que la presidencia española fuera la última en plantear una agenda ambiciosa (o para algunos poco realista): por un lado, porque la crisis económica ha demostrado que los acontecimientos externos pueden alterar la agenda de la presidencia, por no decir dictarla, y será juzgada finalmente en función de su gestión de estos últimos. Por otro lado, porque la presidencia belga estará inevitablemente marcada por las largas y delicadas negociaciones para la formación del gobierno belga.

Sin embargo, esta circunstancia podría terminar siendo una ganga para la Unión, las presidencias “menores” son menos proclives a invadir el terreno de las nuevas instituciones previstas por el Tratado de Lisboa: la presidencia del Consejo y el Alto Representante para la Política Extranjera. Una invasión que muchas veces está en el origen de la confusión sobre quién debe hacer qué en Bruselas, como también de la escasa influencia resultante de la UE en el escenario internacional. El primer ministro belga saliente, Yves Leterme, ha anunciado ya que no piensa hacer sombra al presidente del Consejo de la Unión, Herman Van Rompuy (su predecesor a la cabeza del gobierno belga). Queda por ver si los demás dirigentes europeos sabrán hacer lo mismo y permitirán que este tratado que tan encarecidamente nos vendieron surta finalmente pleno efecto.

Gian Paolo Accardo

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