Londres, 12 de mayo de 2010. El nuevo primer ministro David Cameron y su vice primer ministro, Nick Clegg, frente al número 10 de Downing Street.

Una Gran Bretaña bicéfala

Tras trece años de paréntesis, los conservadores británicos vuelven al poder, encabezando una coalición con el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg. Transcurrida una semana de incertidumbre, después de que el electorado británico no diera la mayoría absoluta a ningún partido, la prensa de Reino Unido se muestra en parte aliviada. Mientras, los periódicos continentales se preguntan sobre la futura relación que mantendrán con la UE los tradicionalmente euroescépticos conservadores.

Publicado en 12 mayo 2010 a las 15:07
Londres, 12 de mayo de 2010. El nuevo primer ministro David Cameron y su vice primer ministro, Nick Clegg, frente al número 10 de Downing Street.

El Financial Times da la bienvenidacon cautela al líder conservador David Cameron al número 10 de Downing Street. "Es el resultado adecuado para el país. Los términos de cualquier pacto entre conservadores y liberaldemócratas tendrán que analizarse. Pero al menos se obtendrán los votos parlamentarios necesarios para formar un gobierno estable. Esperemos que cualquier acuerdo sea lo suficientemente sólido y duradero como para que el gobierno pueda tomar las duras decisiones que van a ser necesarias".

El diario económico londinense se muestra aliviado ya que, dado el arriesgado estado de las finanzas públicas de Gran Bretaña y con la crisis en la eurozona como telón de fondo, el hecho de haber estado casi una semana sin gobierno no ha causado ningún desastre financiero. "Pero el nuevo gobierno debe actuar con urgencia para atajar los problemas fiscales de Gran Bretaña. El país sigue arrastrando un déficit fiscal del 11,1 por ciento del rendimiento. En 2010, el 15 por ciento de la deuda emitida por los estados europeos será británico. Sólo Italia supera al país en préstamos".

The Guardian, publicación de inclinación laborista y que defendió a los liberaldemócratas durante la campaña electoral, lamentaque "la puerta que se abrió para el centro izquierda" se cerrara el 11 de mayo por la tarde. "Los liberaldemócratas y los laboristas tuvieron una oportunidad histórica de formar una coalición progresista y legítima democráticamente en un momento crucial. Al parecer, los laboristas hicieron todo lo posible para llegar a acuerdos políticos. Al final, los liberaldemócratas declinaron las propuestas y entonces llamaron a la puerta del señor Cameron".

Podría ocurrir cualquier cosa

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La pregunta ahora es si esta insólita coalición durará. En el Daily Telegraph, Simon Heffer prediceque la alianza de conservadores y liberaldemócratas no tendrá éxito y no durará mucho, por la ambivalencia política del partido del nuevo vice primer ministro Nick Clegg. Sin embargo, para los conservadores, el precio de cualquier apoyo, ya sea formal o de otro carácter, será que los liberaldemócratas saldrán mal parados en las próximas elecciones. Los partidarios de la izquierda nunca les perdonarán. Los únicos beneficiados serán los laboristas y los ecologistas".

Geoffrey Wheatcroft en The Independent analiza con ironía las pasadas elecciones, que han sido "amargas ante todo para los conservadores", pues "hace unos meses tenían motivos suficientes para creer que ganarían las elecciones con una mayoría parlamentaria, en lugar de una pluralidad que les obliga a negociar y regatear". Wheatcroft afirma que el electorado británico sospecha del historial de privilegios conservadores de David Cameron y así, con "la casa de campo en Berkshire, las conexiones aristocráticas, su próspero padre, agente de bolsa y presidente de White's, el club londinense de mayor prestigio, no queda duda de que ha nacido en la más dorada de las cunas". Con un tono más serio, predice que Cameron tendrá problemas en un partido envejecido con un grupo extremadamente eurofóbico, "Ahora Cameron llega al número 10 sin un mandato claro del público y con una serie de enemigos poderosos y apenas quiescentes en sus filas. En este extraño y nuevo entorno político, podría ocurrir cualquier cosa, incluso la desintegración final del partido conservador británico, el más antiguo de Europa".

Nick Clegg ya ha probado las mieles de Bruselas

Gazeta Wyborcza se pregunta con asombro cómo el partido conservador, tradicionalmente euroescéptico, va a negociar una coalición con el partido Liberal Demócrata "el más pro-europeo de los partidos británicos". El diario de Varsovia predice que, puesto que Cameron deberá lidiar con “enormes desafíos” internos, incluida la impresionante deuda nacional del 88% del PIB (alrededor de 343.000 millones de libras), probablemente no se enfrente a la UE. Rzeczpospolita citaa un politólogo de la Universidad de Nottingham, que afirma que las diferencias con respecto a la UE "no desempeñarán una función importante... Aunque tarde o temprano saldrán a relucir". Sobre todo si se tiene en cuenta que los conservadores crearon en 2009 un nuevo bloque en el Parlamento Europeo con el partido Ley y Justicia (PiS), la oposición nacionalista y euroescéptica de Polonia, junto a otros grupos de Europa central y del este relacionados con la extrema derecha.

Además de la lunática política de la Mitteleuropa, ¿qué concesiones deberá hacer el antiguo eurodiputado Nick Clegg, que, tal y como destaca Il Sole 24 Ore, "ya ha probado las mieles de Bruselas"? El diario milanés sostiene que, sin duda, Clegg debe aceptar que "el euro es algo totalmente impensable". El diario español Público hace también alusión al hecho de que el nuevo ministro de Exteriores, William Hague "se ocupará de que se cumplan las esperanzas del Partido Conservador de exigir a la UE que devuelva varias competencias a los Estados miembros" en el ámbito jurídico, en empleo y en política social. Concluye además que el nuevo gobierno tendrá "dos cabezas". El diario La Vanguardia señala también desde Barcelona este euro-interrogante, ya que los conservadores también han prometido que "cualquier transferencia futura de poder a Bruselas se someterá a referéndum". Con un tono más distendido, el diario belga [De Standaard intenta disipar](http://www .standaard .be/artike l/detail.a spx?artike lid=LG2Q5A FG)el temor de que el primer ministro más joven en casi 200 años sea en realidad Margaret Thatcher de incógnito. Cameron, de cuarenta y tres años, "en realidad no es anti-europeo e incluso es ecologista. Y ha cambiado el color del partido de azul a verde". Le Figaro recoge unas declaraciones de Sarkozy en las que se dirige a los diputados de su partido para afirmar que Cameron "hará como los demás. Empezará como antieuropeo y acabará siendo proeuropeo. Es regla"

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