Alenka Bratusek, en su designación como primera ministra en la Asamblea Nacional, el 27 de febrero.

Una misión difícil para Alenka Bratusek

Designada para suceder a Janez Jansa, abucheado en la calle y abandonado por su coalición, la líder de centro-izquierda tiene la oportunidad de atenuar la crisis política que atraviesa el país. Pero tendrá que hacer frente a una situación económica catastrófica.

Publicado en 4 marzo 2013 a las 12:09
Alenka Bratusek, en su designación como primera ministra en la Asamblea Nacional, el 27 de febrero.

Se marchó. En diciembre, cuando el Tribunal Constitucional acabó con los obstáculos para crear un "banco tóxico" y un "holding nacional esloveno" [encargado de gestionar la venta de las empresas públicas], Janez Jansa parecía tener las riendas de la última fase de la transición [hacia una economía neoliberal].

Pero apenas dos meses más tarde, fue expulsado. Ahora ya forma parte de la Historia. No como uno de los primeros ministros de Eslovenia, sino como el personaje más criticado en las protestas de las calles](3272641) y uno de los símbolos de la élite que ha gobernado Eslovenia desde la independencia hace más de veinte años [en 1991].
Pero la nueva mayoría parlamentaria no tiene el más mínimo motivo para descorchar el champán. Porque los problemas a los que se enfrenta el Estado esloveno superan con creces la situación de Jansa. A Eslovenia aún le queda un año de estadísticas alarmantes, sin que sepamos si la crisis ha tocado fondo.

Según las previsiones, el crecimiento será negativo (-2%), el déficit presupuestario aumentará aún más, hasta llegar al 5% del PIB a finales de año y el desempleo batirá la cifra récord de 125.000 personas. Las empresas están asfixiadas por las deudas, las grandes empresas exportadoras registran un descenso en los pedidos y el sistema bancario está casi extenuado.

Un contexto lleno de dificultades

No es exagerado decir que tras cinco años de crisis, Eslovenia está "casi clínicamente muerta". La recesión, además de los excesos humanos y éticos de las élites políticas y económicas, ha provocado el desencanto en la población y han hecho que ésta pierda la esperanza.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

En un Estado en el que antes se podía pedir un préstamo en cinco minutos, aparecen establecimientos de compra de oro como champiñones tras la lluvia. Se han convertido en el símbolo de la creciente pobreza. Las grandes empresas regionales cierran una tras otra sus puertas, mientras que los hospitales ya no tienen dinero para adquirir medicamentos. Los jóvenes se marchan del país, los mayores tienen cada vez más problemas para llegar a fin de mes y la clase media está desapareciendo.

Este es el contexto en el que la nueva primera ministra Alenka Bratusek toma las riendas del país. Corre el riesgo de enfrentarse a grandes dificultades desde el inicio de su mandato. Sigue siendo presidenta provisional de su partido, Eslovenia Positiva [de centro-izquierda], un partido basado en el carisma personal de su fundador y alcalde de Liubliana, Zoran Jankovic. Los "talibanes" de Jansa, ideológicamente similares, seguían sin dudarlo su dogma económico de la austeridad, como si fuera una prescripción médica. ¿La coalición de Bratusek, ideológicamente dispar, será capaz de obedecer a su jefa?

Huir del populismo barato

La nueva primera ministra, que no cuenta con una gran experiencia política, necesitará el talento de un mago. ¿Cómo llegar a un acuerdo sobre la venta de las empresas estatales, considerada como una traición por los socialdemócratas (SD), mientras que Eslovenia Positiva se plantea conceder a los empleados la cuarta parte de las acciones creadas y la Lista Ciudadana (LS, de centro-derecha) las vendería de inmediato? ¿Lograrán los socios de la coalición llegar a un acuerdo sobre el "banco tóxico"? ¿Llegará el Gobierno a término, fijado en un año [fecha probable de las próximas elecciones]?

Al contrario que Jansa, Bratusek corre el riesgo de toparse con una avalancha de esperanzas despiertas, algo que no le facilitará la tarea. Porque el genio de la revuelta ha salido de la botella. Desde hace meses, los sindicatos, los empleados del sector público y los estudiantes han salido a las calles. Pero si el nuevo Gobierno desea restablecer el sector financiero, tendrá que imponer una serie de medidas impopulares a "su base", la misma que se manifestó en las calles contra las medidas de austeridad impuestas por Jansa.

El Gobierno se enfrentará a decisiones difíciles relativas a la recuperación de los bancos. Teniendo en cuenta la tolerancia cero de la población hacia las fechorías de la élite política, el Gobierno debe trabajar en las reformas y negociar con los sindicatos, es decir, intentar corregir los errores de Jansa y encontrar el dinero que falta.
Sabremos mejor cuál será el campo de acción del nuevo Gobierno una vez que se forme. Si pudiéramos darle un consejo a la primera ministra, sería que no fundamente su estrategia en el regreso del ministerio de Cultura [suprimido por Jansa] ni sobre el populismo barato, basado en la ilusión de que Eslovenia está protegida contra los cambios. Ahora más que nunca, el Estado necesita medidas concretas, no medidas vacías. La supervivencia del nuevo Gobierno depende de ello.

En portada

Una oportunidad para la recuperación

La nominación de la líder de Eslovenia Positiva(PS), Alenka Bratusek, ofrece una oportunidad para la "recuperación" de su partido, titula Mladina. El semanario recuerda que el anterior jefe del partido, Zoran Jankovic, fracasó en formar Gobierno a pesar de su victoria tras las elecciones legislativas de diciembre de 2011.
Bratusek se puso a la cabeza del partido en enero de 2013, pues los socios de la coalición del PS — la Lista Cívica, Desus y los Social-demócratas — exigieron la retirada de Jankovic, puesto en evidencia por la comisión parlamentaria de lucha contra la corrupción.
Pero, con 42 años de edad, la primera mujer que se pone al frente del Gobierno del país no tendrá por delante una fácil tarea, añade Mladina : “Únicamente Grecia y Chipre, dos países que han tenido que pedir asistencia financiera internacional, lo han hecho peor que Eslovenia. […] El pasado año, Eslovenia cometió numerosos errores absurdos. […] No hay ninguna garantía de que el nuevo equipo lo haga mejor.”

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema