Primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt (izq.) con su homólogo chino Wen Jiabao y el presidente de la Comisión europea José Manuel Barroso, en la cumbre UE-China de Nanjing, el 30 de noviembre de 2009 (AFP)

Una presidencia discreta pero seria

Su principal logro ha sido la ratificación y la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Pero Suecia también ha sacado partido a sus seis meses dirigiendo la Unión para avanzar en algunos asuntos más técnicos. El diario Dagens Nyheter presenta un balance global positivo de su acción.

Publicado en 15 diciembre 2009 a las 16:08
Primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt (izq.) con su homólogo chino Wen Jiabao y el presidente de la Comisión europea José Manuel Barroso, en la cumbre UE-China de Nanjing, el 30 de noviembre de 2009 (AFP)

Ha sido mejor de lo que muchos pensaban. Suecia ha asegurado una presidencia seria de la Unión Europea, ágil y atenta, y no ha cometido ninguna falta grave. El proceso de decisión ha funcionado correctamente, aunque los responsables de la toma decisiones no parecieran estar muy inspirados. Se ha adoptado el Programa de Estocolmo [sobre cooperación policial, judicial y cuestiones de inmigración], la estrategia para el Mar Báltico y nuevas normativas sobre la vigilancia de los mercados financieros europeos. No se ha llegado a un acuerdo sobre las modalidades de la movilidad de los enfermos, pero Islandia ha presentado su candidatura a la Unión Europea, el conflicto fronterizo entre Croacia y Eslovenia se ha solucionado y se va a abrir un nuevo capítulo en las negociaciones entre Europa y Turquía. Por lo tanto, la ampliación de la UE no se encuentra en punto muerto, algo bastante positivo.

Sin Reinfeldt, Klaus no hubiese firmado Lisboa

El mayor logro de Suecia es sin duda la entrada en vigor del Tratado de Lisboa el 1 de diciembre. En la cancillería sueca, se repite en voz baja lo que el presidente checo Václav Klaus, liante de renombre, soltó cuando por fin se dignó a firmar el Tratado a regañadientes “Sin este tipo, jamás lo habría firmado”, espetó. El tipo en cuestión es Fredrik Reinfeldt, primer ministro sueco. Que haya logrado mantener su sangre fría y que se haya abstenido de hostigar a Klaus sobre el asunto ha sido muy astuto por su parte y permite hoy a la UE instaurar nuevas reglas del juego. Esperemos que la Unión sea a partir de ahora más eficaz y un poco más abierta. En otros aspectos, Suecia cuenta con varios avances en su haber. Sin embargo, el eslogan gastado que había adoptado parecía un mal augurio y ha caracterizado al menos en parte a esta presidencia de la Unión. “Aceptemos el reto”, decía, y resulta ser en cualquier caso mucho menos enérgico que los tres aspectos fundamentales que habían guiado a Suecia en su presidencia de 2001: “Ampliación, Medio ambiente, Empleo”.

Estocolmo hubiese podido alzar la voz

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

Fredrik Reinfeldt ha hecho que la UE se beneficie de su capacidad de escucha. Pero la designación del nuevo presidente del Consejo Europeo y de la alta representante de Asuntos Exteriores [Herman Van Rompuy y Catherine Ashton] ha denotado una auténtica falta de inspiración. El proceso de designación se ha gestionado correctamente, pero ha faltado entusiasmo y voluntarismo. Habría merecido una mejor preparación y ha terminado peor de lo que debería. No sólo basta con escuchar. Existen grandes incertidumbres en cuanto a la voz que debe adoptar la UE y se percibe cómo va ascendiendo a la superficie el viejo nacionalismo europeo. Las reticencias a revisar la política agrícola de la Unión se han intensificado sobre todo en el semestre que termina y la “lasitud” de los europeos con respecto a la ampliación es general. Suecia debería haber aprovechado su oportunidad para elevar la voz sobre estas importantes cuestiones que influyen en el futuro de Europa. Lo que se necesita es un liderazgo con suficiente inspiración. Pero la presidencia sueca de la Unión se salda a pesar de todo con una nota correcta. Y si Suecia logra salvaguardar la cohesión europea y aportar una contribución constructiva a las negociaciones de Copenhague sobre el cambio climático, podría incluso merecer una calificación de notable.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema