Roman Yaromenka, de 32 años, había servido anteriormente tanto en las Fuerzas de Operaciones Especiales bielorrusas como en la Legión Extranjera francesa. Tras unirse a los defensores ucranianos en 2022, ahora trabaja como operador de drones pesados del tipo “Vampiro” en el grupo táctico Kryvtsov. El grupo forma parte de la Legión Internacional de la Dirección Principal de Inteligencia (GUR) del Ministerio de Defensa ucraniano.
Tras haber sido herido en dos ocasiones, ha recibido condecoraciones de mandos militares ucranianos. Ha participado en varias operaciones en las zonas de Bajmut, Kúpiansk, Chernigov, Járkov y Zaporiyia.
En diciembre de 2024, el Comité de Investigación de Bielorrusia inició acciones penales contra Yaromenka, acusándolo de crear un grupo extremista. Podría enfrentarse a una pena de hasta siete años de prisión.
Pozirk: Se suele oír bastante la frase “cansado de la guerra”. ¿Qué le impide cansarse, a pesar de las penurias del servicio, la pérdida de sus camaradas y sus heridas?
Roman Yaromenka: En primer lugar, vine aquí para defender a los niños inocentes que están siendo asesinados. En segundo lugar, creo que cuanto más fuerte sea Ucrania, más probable será que se libere al menos una parte de Bielorrusia. [El líder bielorruso Alexandr] Lukashenko supone una amenaza para Ucrania. En el futuro, Ucrania establecerá relaciones con Bielorrusia para que deje de suponer una amenaza. Cuanto mejores sean las relaciones de Bielorrusia con Ucrania, menos acosará el régimen a los bielorrusos. En tercer lugar, no puedo detenerme porque, de lo contrario, la muerte de mis camaradas sería en vano.
Al principio de la agresión a gran escala, muchos bielorrusos decidieron luchar por Ucrania y afirmaban que lo hacían para liberar a Bielorrusia. Esto dio esperanzas tanto al pueblo bielorruso como a quienes emigraron. ¿Sigue el sentimiento siendo relevante hoy en día?
Nuestros objetivos no han cambiado. Los militares ucranianos esperan, al menos, que Bielorrusia sea neutral. Y en el mejor de los casos, aliada de Ucrania. Yo soy un patriota bielorruso. Mi objetivo es volver a mi país. El único problema es cómo conseguirlo.
Están surgiendo varios informes sobre la presencia de soldados bielorrusos en Ucrania. En particular, se sugiere que muchos se han marchado y que el regimiento Kalinouski se ha disuelto.
Sigue habiendo el mismo número de bielorrusos en el frente, pero simplemente se han repartido en distintas unidades. El regimiento Kalinouski se derrumbó porque mezclaba estructuras políticas y militares, lo que fue un error estratégico. Una estructura militar necesita disciplina, jerarquía y seguridad. No se pudo asegurar ninguno de estos elementos porque la mayoría de los bielorrusos que vinieron eran militares no profesionales que pensaban que el regimiento era una organización político-militar.
Anteriormente, se trataba de una estructura militar que operaba en un sector específico del frente. Contaba con reclutamiento, campo de entrenamiento, logística de combate, retaguardia, apoyo médico, sistema de patrocinio, unidad de medios de comunicación, unidad de infantería, unidad de aviones no tripulados y unidad de artillería propios. Ahora solo quedan unas 30 personas, bajo el mando de “Dzyadzka” Shurmei. En su apogeo (e incluyendo la reserva en Polonia) el regimiento contaba con unas 500 personas, de las cuales unas 200 participaron en combates en Ucrania.
Yo sirvo en el grupo táctico de Nikita Kryvtsov, pero no pertenecemos al regimiento de Kalinouski, sino que formamos parte de la Legión Internacional de la GUR.
Se ha hablado mucho de posibles negociaciones. El Kremlin ha planteado unas exigencias que el bando ucraniano no puede aceptar. Como alguien con experiencia en la guerra, ¿cree que las negociaciones podrían acabar en un alto el fuego completo?
Las negociaciones son prematuras. Ninguna de las partes está cerca de la victoria o del agotamiento, por lo que los combates continuarán. Ninguna de las partes ha llegado aún a este punto, así que por ahora Vladímir Putin y sus militares no van a detenerse. Tal vez congelen el conflicto durante unos días, o incluso treinta.
Lo que me da una perspectiva positiva es que la política del equipo de Donald Trump es dura; buscan lo que es beneficioso para Estados Unidos. Esto se aplica en primer lugar a la energía, de ahí la reciente gira de Trump por los países árabes. A largo plazo, podría significar que Estados Unidos pueda cortar el suministro de Putin.
“Creo que cuanto más fuerte sea Ucrania, más probable será que se libere al menos una parte de Bielorrusia”
Considero que los políticos europeos son hipócritas e indecisos. Antes compraban gas ruso a través de Alemania; ahora, lo hacen a través de Turquía. El apoyo financiero que dan a Ucrania es menor que el valor del gas que compran a Putin. En Ucrania solo invierten en la producción de armas, tanto ucranianas como extranjeras.
Toda la información de inteligencia, tanto ofensiva como defensiva, procede de Estados Unidos. El suministro de inteligencia defensiva no se detuvo ni un solo día. Sin embargo, el suministro de inteligencia ofensiva se detuvo, lo que llevó al fin de la operación en la región de Kursk antes de que fuera cercada.
¿Qué significa para usted la victoria en esta guerra?
La victoria de Ucrania consiste en garantizar la independencia del país tanto en política interior como exterior y asegurar la independencia de las fuerzas de seguridad. A pesar de haber perdido territorio y población, Ucrania se ha hecho mucho más fuerte de lo que era en 2022. Fue el pueblo el que resistió y soportó la carga principal, más que las fuerzas de seguridad. Muchas de las personas que vinieron a luchar en 2022 están ahora al mando de diversas unidades.
Las fuerzas de seguridad se han convertido en parte del pueblo, a diferencia de lo que ocurre en Bielorrusia. La victoria no se mide por el territorio, sino por la capacidad y la independencia del Estado.
Tomemos como ejemplo los países bálticos, económicamente fuertes. No son completamente independientes, ya que Putin quiere apoderarse de ellos. Y lo hará si no se les apoya. Ucrania ya no se encuentra en esa situación. Esto se debe a que ahora cuenta con un complejo militar e industrial, un ejército preparado para el combate y un sistema educativo centrado en lo patriótico y lo militar bien desarrollado. Lukashenko también estableció un sistema de educación centrado en torno a estos dos elementos, pero carece de la base ideológica necesaria. En Ucrania, sin embargo, se ha establecido esta base: somos los descendientes de Rus, los cosacos, etcétera. Por eso muchos jóvenes se presentan para contratos militares bien remunerados.
La guerra terminará algún día. ¿Qué supondrá para Bielorrusia? ¿Es posible que Rusia acabe ocupando el país?
No sucederá por la sencilla razón de que a Rusia no le interesa ocupar Bielorrusia. Yo serví en Bielorrusia y mis superiores eran en su mayoría oficiales rusos con ciudadanía bielorrusa. Comprendía bien su ideología. Para ellos, Bielorrusia es como un Estado delegado: necesitan que sea formalmente independiente para aplicar su estrategia imperial. Putin no estará siempre en el poder, y no sabemos cómo cambiará esta estrategia en el futuro, o si cambiará en absoluto. Tal vez solo se mantengan las relaciones comerciales y los servicios especiales. Por cierto, Estados Unidos persigue una estrategia imperial similar a través de relaciones comerciales y servicios especiales, y de vez en cuando mediante la fuerza militar.
¿Hasta la fecha, qué papel han desempeñado los bielorrusos en esta guerra, tanto los que han luchado directamente, como los que se han quedado en el país y los que están en el exilio?
Los soldados bielorrusos llevaron a cabo misiones de combate con eficacia y compromiso. Demostraron a los ucranianos que los bielorrusos están de su lado. Los que luchan en el bando ruso no son bielorrusos de verdad desde un punto de vista cultural. También hay ciudadanos ucranianos que luchan del lado de Rusia porque se consideran parte del “mundo ruso”.
Los ucranianos ven a los bielorrusos a su lado en el frente y están agradecidos; nos llaman “druzi” (amigos).
Aunque seamos pocos en el frente, los bielorrusos hemos adquirido una experiencia de combate que no tienen ni los soldados estadounidenses ni los alemanes. En Ucrania ha surgido la idea de que el ejército es el pueblo y el pueblo es el ejército, un concepto que apareció en Israel.
La [resistencia] bielorrusa ha ayudado mucho a Ucrania proporcionando inteligencia, y estaban preparados para una ofensiva; quien piense lo contrario se equivoca.
Los bielorrusos que viven en el extranjero donan dinero para la lucha en Ucrania, aunque podrían dar más, dado que muchas personas con capital o buenos sueldos abandonaron Bielorrusia después de 2020. El número de bielorrusos alistados también podría haber sido mayor. La mayoría de los que abandonaron Bielorrusia son profesionales de la informática, personalidades de la cultura o periodistas. Son personas que no suelen tener una mentalidad militar, que tiene que ver con el sacrificio.
La oposición política es un completo fracaso, tanto en general como en lo que respecta a la agenda bielorrusa. Hablo mucho con gente de Bielorrusia y no he oído a nadie decir nada positivo sobre ellos. Han obstaculizado el desarrollo de las estructuras militares bielorrusas en Ucrania. Lo mismo ocurre con los medios de comunicación, que exageran y difunden cotilleos. El ejército se basa en el secretismo, y los medios de comunicación lo han destruido.
Al demostrar su incompetencia, los líderes de la oposición también mostraron al bando ucraniano que no pueden hablar con nadie que represente políticamente a Bielorrusia. Esto se debe a que no tienen experiencia de gobierno.
¿Cuáles son los problemas más acuciantes a los que se enfrentan los soldados bielorrusos en Ucrania? ¿Se ha abordado la cuestión de su legalización, algo de lo que se han quejado los bielorrusos?
Está a punto de resolverse. El único problema es la burocracia. Otro problema es la ley ucraniana que designa a Bielorrusia como coagresor. Si se deroga, las cosas serán mucho más fáciles para los bielorrusos, aunque la mayoría de los soldados bielorrusos simplemente piensa que luchar junto a los ucranianos debería ser suficiente para que sea legal y que puedan recibir permisos de residencia temporal y permanente, así como la ciudadanía ucraniana. Es un proceso lento que probablemente lleve mucho tiempo. Algunos no quieren pasar por este proceso y llaman a periodistas para hablar sobre ello, algo que irrita a la parte ucraniana.
Tiene un indicativo inusual, “Senat”...
Elegí el nombre “Senat” en referencia a los Senados romano y estadounidense. Quiero que en el futuro el órgano legislativo de Bielorrusia sea como el Senado estadounidense: un órgano formado por profesionales, no por populistas, cómplices, funcionarios corruptos y burócratas, como ocurre actualmente en la mayoría de los parlamentos europeos.
👉 Artículo original en Pozirk
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