Como si fuera un niño travieso, el gobierno de Orbán parece poner a prueba a todos los que le rodean. La sociedad húngara ha soportado todo hasta ahora, pero con Europa es otra historia. ¿Quién hubiera pensado que una ley sobre los medios de comunicaciónprovocaría tal escándalo? ¿Que a los periodistas húngaros les apoyarían en el extranjero y que la prensa francesa, alemana o británica se interesaría por la libertad de prensa húngara? ¿Y que la Comisión Europa pensara realmente analizar el texto?
Somos parte del orden del día en el Parlamento Europeo. Y estamos en buena compañía: los diputados han examinado la situación en Túnez, la violencia contra los cristianos de Oriente Próximo, la situación en Bielorrusia y el funcionamiento de la democracia en Hungría.
Podemos sentirnos ofendidos. Es lo que ha hecho el gobierno. Viktor Orbán, indignado, recusó las "acusaciones realizadas contra Hungría". Y advirtió de entrada que sigue sin comprender a Europa. Su secretario de Estado encargado de la comunicación, que afirmaba que Neelie Kroes tan sólo tenía objeciones técnicassobre la ley de los medios de comunicación, no quería comprender que la Comisión tenía serias dudas sobre su conformidad con la Carta Europea de los Derechos Fundamentales. Este subterfugio no funciona en la época de Internet y de WikiLeaks. Orbán ha metido la pata con la ley sobre los medios de comunicación y le costará salir del apuro.
Rebeldes contra el capital y los comentaristas occidentales
Sin duda podemos esperar que el asunto se arregle y que Europa tenga otros asuntos de los que ocuparse. Podemos esperar que realicemos un trabajo tan formidable durante nuestra presidencia, que en seis meses todo se haya olvidado o mejor, que incluso nos pedirán perdón.
Pero es mucho más probable que Viktor Orbán haga del asunto un mensaje de orden político interior: al plantar cara a Europa, demuestra que el mundo entero agobia a este pequeño país. Así aviva la fibra kuruc de los húngaros*, que se rebelan contra el capital y los comentaristas políticos occidentales. En estas condiciones, la presidenciaserá un ejercicio difícil, porque Orbán tendrá que negociar continuamente y llegar a acuerdos.
Qué pena, se lamentan los hombres de la comunicación. No nos importaría nada regular la Unión. Por desgracia, Europa nos vigila.
* Los kuruc eran los insurgentes contra el poder de los Habsburgo, liderados por el príncipe Francisco II Rákóczi, de 1703 a 1711. Para componer su "Marcha húngara", Berlioz se inspiró en una melodía kuruc.
Ley de medios de comunicación
Bruselas, guardiana de los derechos fundamentales
El Gobierno húngaro ha dicho estar dispuesto a enmendar su controvertida ley sobre medios de comunicación si Bruselas estima que viola el derecho comunitario. Las modificaciones afectarían principalmente a los aspectos más controvertidos de la ley, como la exigencia de una “cobertura equilibrada” de la información por parte de los medios, o la posibilidad de que el gobierno sancione también a medios de comunicación extranjeros. El anuncio siguió a un intercambio de epistolar entre la comisaria europea de la Agenda Digital, Neelie Kroes, y el viceprimer ministro húngaro, Tibor Navracsics.
Poco después de la aprobación de la ley, la señora Kroes hizo públicas sus dudas acerca de la compatibilidad del texto con la directiva europea sobre medios de comunicación, así como con libertades fundamentales como la libertad de expresión y la libertad de prensa. “A falta de respuestas satisfactorias, la comisaria”, observa Dagens Nyheter, “había amenazado con iniciar un proceso que podría terminar ante el Tribunal Europeo de Justicia”. El periódico sueco subraya el carácter excepcional de esta amenaza, pues “nunca antes la Comisión se había implicado en un proceso contra un país miembro por violaciones de la libertad de expresión”. Sin embargo, la iniciativa de Neelie Kroes demuestra también “hasta qué punto sigue siendo débil la protección de los derechos humanos incluso en el seno de la UE, pues la Carta de los derechos fundamentales sólo se aplica a los Estados miembros respecto a las medidas que afecten al derecho comunitario”.
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