¿Las protestas se extenderán todavía más? Después de Alemania, Países Bajos, Rumanía y Polonia, ahora les toca a Francia y a Bélgica lidiar con grandes manifestaciones de agricultores. El 29 de enero, un amplio movimiento de productores y de trabajadores del sector emprendió el asedio de París. Ese mismo día, una movilización similar llegó a Bruselas y perturbó el tráfico en varias carreteras. En ambos países se prevé que las protestas continuarán durante los próximos días.
Lejos de ser uniformes, cada uno de estos movimientos presenta múltiples demandas que en ocasiones se contradicen, ya que son el resultado de interacciones entre productores y sindicatos, cuyas perspectivas a veces difieren. Las principales fuentes de frustración suelen ser el aumento del precio del gasoil agrícola, los salarios ínfimos y la desaparición de ciertas subvenciones. Sin embargo, también se distinguen temas que van más allá del contexto nacional: los agricultores franceses, belgas y alemanes mencionan con frecuencia la prohibición de pesticidas y herbicidas acordada a nivel europeo, los efectos del tratado de libre comercio UE-Mercosur y las consecuencias de la política agrícola común (PAC). Estos asuntos deberían incluirse en el orden del día de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo del 1 de febrero.