Angela Merkel o el arte de sembrar el pánico

La canciller alemana es reincidente: tras haber provocado la alarma en la zona euro el año pasado, ahora logra convertir la catástrofe japonesa de Fukushima en una crisis mundial de la energía nuclear, ironiza Jean Quatremer en el blog Les Coulisses de Bruxelles.

Publicado en 18 marzo 2011 a las 12:04

Angela Merkel domina el arte de sembrar el pánico. El año pasado, con sus vacilaciones, la canciller alemana contribuyó en gran medida a convertir la crisis griega en una crisis sistémica de la eurozona, cuando los mercados comenzaron a dudar de su determinación para salvar la moneda única. Es esta ocasión, acaba de transformar la catástrofe nuclear japonesa, una crisis local, grave, pero no obstante local, en una crisis mundial de la energía nuclear, con su decisión del lunes pasado, sin consultar a nadie, de suspender la aplicación de la ley que prolongaba la actividad del parque nuclear alemán más allá de 2020 y que hizo que se adoptara el año pasado, de detener siete reactores (de 17) y de iniciar una campaña de comprobación de la seguridad de las centrales nucleares. En seguida desencadenó un tsunami en Europa, pues la energía nuclear se convirtió en objeto de todas las sospechas, lo que ha hundido a todos sus partidarios en el más profundo de los apuros.

Hay que subrayar que la reacción de la canciller es alucinante: el accidente japonés no se ha producido porque la seguridad de la central no estuviera garantizada, como ocurrió en Chernóbil, sino que se ha debido a uno de los terremotos más violentos de la historia (9 en la escala de Richter, el grado máximo de la escala) y al posterior tsunami. Ahora bien, según las últimas noticias, las actividades sísmicas en Alemania (y en Europa) son limitadas, por no hablar del riesgo de tsunami en el Báltico… Esto no quiere decir que no deba entablarse un debate sobre la energía nuclear, sobre todo en Francia, donde esta energía se ha impuesto sin ningún debate democrático y donde los usuarios no pagan su precio justo (el coste de los residuos no se incluye en el precio), pero en cualquier caso, hay que ser razonables.

¿Podemos prescindir de la energía nuclear?

Prescindir de la energía nuclear llevará su tiempo y debe hacerse de forma ordenada y asegurándose de que existan energías de sustitución, que no es el caso actualmente. La canciller, consciente de haber metido la pata, se retractó de lo dicho, explicando ante el Bundestag que no se trataba de cerrar inmediatamente las centrales nucleares: "De momento no podemos prescindir" de la energía nuclear...

Para apreciar la ironía de la situación, cabe además recordar que Merkel se encuentra entre los jefes de gobierno europeos que más se han opuesto a las normas medioambientales demasiado exigentes para su industria, sobre todo la automovilística, hasta el punto de que aún está en contra de José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión y promotor del paquete sobre el "clima". Es cierto que los efectos del calentamiento climático se harán notar tras los próximos comicios…Angela Merkel vuelve a demostrar que gobierna según sople el viento, en función del estado de ánimo de su opinión pública. Sin duda, algo muy tranquilizador para el futuro.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

Desde Praga

Reacciones demasiado emotivas

La capacidad de la Unión Europea para intervenir en el ámbito nuclear es sorprendente y contrasta con su incapacidad para actuar en la crisis económica y la situación en Libia, señala Jan Macháček enRespekt. El cronista desconfía de la decisión alemana de cerrar inmediatamente y por tres meses ciertas centrales atómicas. “¿Qué puede pasar en Europa en tres meses?” se pregunta Macháček. “¿La caída de un meteorito? ¿O es que las centrales alemanas están situadas en un zona sísmica?” Según él, si bien “la experiencia japonesa es de todo punto esencial para Turquía, que se encuentra en zona sísmica” y que sueña con construir una central nuclear, la movilización de los políticos alemanes y austriacos es sin embargo excesivamente emotiva. “Tener las emociones a flor de piel y tener miedo de las nucleares es comprensible en el ciudadano de todo el mundo, pero los políticos deberían actuar de manera racional y hacer gala de determinación cuando sea necesario”, añade Macháček, quien sugiere más bien verificar la seguridad de las instalaciones nucleares mientras estén en funcionamiento.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema