
"Las centrales alemanas no son menos seguras hoy de lo que lo eran hace una semana", reconoce el diario Frankfurter Runschau, "pero el resultado es lo que cuenta. Y el resultado es positivo. Se han desconectado de la red siete centrales antiguas y debe celebrarse en Alemania un debate sobre las normas de seguridad. Eso también es positivo".
"El público se ha quedado tan sorprendido por este celo como los grupos energéticos", señala el diario. De la noche a la mañana, el gobierno les ha privado a estos últimos de ingresos que ascienden a miles de millones. Nos hubiera gustado observar mucho antes esta misma valentía, este dinamismo y esta voluntad de enfrentarse a ellos”. Pero al recordar que todos los gobiernos alemanes han tenido que rendirse frente al poderoso lobby nuclear, el diario FR precisa que “las felicitaciones sólo se aplican al día de hoy.
El auténtico enfrentamiento con las grandes empresas eléctricas aún no ha comenzado. La canciller será creíble únicamente si las centrales siguen paradas y obliga a las empresas a modernizarlas una vez transcurrida la suspensión de tres meses y una vez celebradas las elecciones regionales".
Por su parte, Trouw opina todo lo contrario y expone que "Alemania se equivoca totalmente con su reacción de pánico". Es cierto que la energía nuclear entraña peligros y que es "humano asustarse cuando algo sale mal", señala el diario neerlandés. Pero Merkel debería haber "mantenido la sangre fría", porque detener ciertas centrales para inspeccionarlas es "absurdo". De momento, se desconoce el problema real del drama de Fukushima, pero "está claro que jamás podría producirse una situación similar en Alemania. La decisión del Gobierno lo único que consigue es alimentar el miedo y el recelo".

Europa se ha convertido en "campeona mundial en histeria sobre energía nuclear”, denuncia Hospodářské noviny, que lamenta que los políticos europeos “actúen dejándose llevar por las emociones”. El diario económico checo se basa en el estudio más reciente de la OCDE, que compara los riesgos de la energía nuclear con los de otras fuentes de energía, para constatar que “la nuclear es la más segura”.
Entre 1969 y 2000, la energía más mortal ha sido la hidráulica, con 29.924 muertes en un solo accidente en China. "El estudio concluye que la posibilidad de que un accidente nuclear pueda provocar directa o indirectamente la muerte de cientos de personas es diez veces inferior al riesgo de un accidente en el que estén implicados los combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo) o la energía hidráulica". En opinión de Hospodarské Noviny, en la situación actual es comprensible que afloren las emociones, pero en política, lo que debe predominar es la razón.

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