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Voxeurop: ¿La COP26 es la conferencia de la «última esperanza», como ha afirmado su presidente, Alok Sharma?

Eloi Laurent: Me parece inútil e incluso contraproductivo dramatizar excesivamente: si la COP26 resulta ser un fracaso geopolítico, será necesario continuar con las discusiones y las negociaciones climáticas. El clima es un bien público que concierne a todos y cada fracción de grado cuenta. Tras el fracaso de Copenhague en 2009, fuimos capaces de construir la victoria de París en 2015. La verdadera pregunta es: ¿de qué tenemos que hablar para poder avanzar? Lo que yo pienso es que es necesario poner en el centro de la discusión mundial dos temas sumamente importantes: la justicia y el bienestar, y más precisamente la salud.
Es, de hecho, el mensaje esencial del informe del IPCC de agosto pasado: existe un camino para salir del caos climático, que pasa, esencialmente, por el abandono del paradigma del crecimiento y la reducción de las desigualdades entre, y al interior de, los países. Se trata de dos transiciones: una transición hacia un mayor bienestar y una transición hacia una mayor justicia social. Estas dos transiciones están interrelacionadas: el abandono de las energías fósiles implicará beneficios considerables en términos sanitarios, pero es necesario que la reducción de las emisiones de lujo (aviones, vehículos de lujo, etc.) financien la reducción de las emisiones esenciales (alimentación, calefacción, movilidad laboral). Esto es perfectamente posible en el marco de un sistema fiscal socioecológico progresivo.
¿De que se trata lo que usted ha decidido llamar «transición equitativa», que respondería al desafío de armonizar la reducción de las desigualdades sociales con la necesidad de que haya una justicia climática?
Junto a algunos colaboradores belgas, hemos intentado dar una definición clara y operacional de la transición equitativa, la cual, desde nuestra perspectiva, merece ocupar un rol central en el Pacto Verde Europeo. Con todo, la transición equitativa no se limita a compensar socialmente a los trabajadores de las energías fósiles, como es el caso del Mecanismo para una Transición equitativa. Para nosotros, la transición equitativa debe ampliarse e incluir tres exigencias: analizar sistemáticamente las políticas que pretenden atenuar las consecuencias del cambio climático bajo la lupa de la justicia social; priorizar, en la concepción de las políticas de transición equitativa, el bienestar humano antes que el crecimiento económico y, finalmente, lo más importante, construir y aplicar estas políticas de transición equitativa de modo democrático.
Hay, en el corazón de la transición equitativa, una articulación esencial entre crisis ecológica y desigualdades sociales entre, y al interior de, los países. Esto es lo que, junto con otros treinta investigadores, hemos tratado en una publicación reciente. Avanzar hacia la justicia climática supone lograr una comprensión aguda de los problemas y la concepción de las políticas. Es lo que vemos, hoy en día, en distintos trabajos. Podríamos, así, en la COP26, poner en el centro del debate el principio de justicia que debe regir la asignación del presupuesto de carbono. Igualmente, en cada país, este principio debe regir los criterios y las políticas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Cómo se deben aplicar, y a qué nivel? ¿Por dónde comenzar?
Es necesario avanzar, en todos los niveles al mismo tiempo, desde el plano nacional hasta el plano internacional, pasando por el nivel europeo. Hay decenas de proposiciones en el nuevo informe de la Comisión Independiente para la Igualdad Sostenible. Por ejemplo, construir una verdadera protección socioecológica europea para hacer frente a las consecuencias del cambio climático en los próximos años.
Hay una paradoja entre la inercia aparente de las negociaciones internacionales y la abundancia de las iniciativas nacionales y locales, pero es necesario anclar estas iniciativas en una transición socioecológica europea, aprovechando la posibilidad que constituye el Pacto Verde, cuyo contenido y orientación hay que determinar. Está claro que no puede tratarse simplemente de una «nueva estrategia de crecimiento».
«La economía orient…