La COP29 inició el lunes 11 de noviembre en Bakú (Azerbaiyán). La nueva edición de la Conferencia de las Partes, llamada esta vez la “COP de las finanzas”, debería concentrarse en particular en el financiamiento de la lucha contra el cambio climático, en especial para los países más vulnerables.
Se ha vuelto casi una tradición: después de la COP27 en Egipto y la COP28 en Emiratos Árabes Unidos, la COP de este año tomará lugar en un país cuya economía está basada principalmente en los hidrocarburos, que planea aumentar su producción y conocido por su tendencia a silenciar a los disidentes, algo que pone en duda la posibilidad de la sociedad civil de tener acceso a estos debates.
Otro punto que ha causado controversia es el gran número de ausentes entre los líderes mundiales que deben asistir a la conferencia este año. Además de Joe Biden, Vladímir Putin y Olaf Scholz, Emmanuel Macron anunció que no irá a Bakú. Esto se debe a un conflicto diplomático entre Francia y Azerbaiyán originado, entre otros aspectos, por la anexión del enclave de Nagorno Karabaj realizada por Azerbaiyán en 2023, y por el marcado apoyo del presidente francés a Armenia.
Asimismo, algunos han boicoteado la cumbre por sus convicciones. Por ejemplo, el primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, anunció que no participaría en la conferencia como protesta contra la falta de apoyo de las grandes naciones a las víctimas del cambio climático.
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