Eslovenia tendrá que esperar hasta noviembre para asegurarse de que el presupuesto de 2014, adoptado el 30 de septiembre, se atiene a las reglas de la Comisión Europea.
Liubliana pretende alcanzar un déficit para el país del 2,5% del PIB en 2015, pero esto depende de factores todavía inciertos, siendo el mayor el coste de la recuperación del sector bancario.
Pero incluso si Eslovenia responde a las expectativas de Bruselas, probablemente fracasará en dar satisfacción a las de los ciudadanos, con una mayor ralentización económica prevista para el año que viene, con un paro que no bajará en los próximos dos años y con un crecimiento real de los salarios que permanecerá negativo hasta 2015, escribe Dnevnik.