Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, en una conferencia en Londres en 2009.

El BCE busca un capitán desesperadamente

¿Quién sucederá a Jean-Claude Trichet? Desde la deserción del alemán Axel Weber, parece que ningún candidato cumple los criterios para tomar las riendas del Banco Central Europeo. Se trata de una situación alarmante en plena tormenta económica.

Publicado en 21 febrero 2011
Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, en una conferencia en Londres en 2009.

El tiempo pasa. En ocho meses, Jean-Claude Trichet dejará su despacho de presidente del Banco Central Europeo, en la planta treinta y cinco del edificio Eurotower de Frankfurt. Su sucesor más creíble, el alemán Axel Weber, se retiró de la carrera con la elegancia de un niño molesto por haber roto su juguete. El presidente del Bundesbank, el Banco Central alemán, echó a perder sus posibilidades por la intransigencia mostrada los meses anteriores, al criticar en público la acción de Trichet. ¿Quién puede entonces ocupar este puesto? Por desgracia, la incertidumbre es frecuente en los puestos clave de la Unión Europea. Pero en este caso, no hay que ir a marchas forzadas. Un gigantesco incendio arrasó las finanzas mundiales en 2008, las llamas se avivaron brutalmente en Europa el año pasado y aún quedan brasas incandescentes. No es el momento de dejar el parque de bomberos sin capitán.

El problema es que el puesto es muy difícil de cubrir. El pequeño anuncio redactado por los economistas del banco Barclays parece un auténtico rompecabezas. El candidato deberá saber "establecer un consenso al dirigir el Consejo de los Gobernadores (y dentro del mismo, la dirección del BCE). Deberá ser capaz de representar al Eurosistema al más alto nivel en las reuniones de los bancos centrales, en las reuniones del Eurogrupo, ante el Parlamento Europeo y en otras muchas ocasiones internacionales y europeas. Por lo tanto, el presidente deberá ser capaz de prestar atención a los detalles y realizar una valoración técnica, al mismo tiempo que ejerce una auténtica autoridad".

Entender los engranajes del sistema

Empecemos por las capacidades. Capacidades de gestión y políticas de las que claramente ha carecido Weber, pero también y sobre todo, capacidades técnicas. Antes, al jefe del Banco Central no se le elegía tanto por sus conocimientos económicos, sino más bien por sus amistades políticas. Alan Greenspan, el "maestro" de la Reserva Federal de Estados Unidos hasta 2006, era un simple analista económico que había aconsejado a los presidentes Ford y Nixon. Ernst Welteke, el predecesor de Weber, era un político del SPD, ex ministro de Finanzas del Land de Hesse. Eso ya pasó a la historia.

En una década, el control de la política monetaria se ha convertido en una actividad muy enrevesada, que se basa en modelos sofisticados. El presidente del Banco Central debe entender los engranajes del sistema. El universitario de Princeton Ben Bernanke sustituyó a Greenspan y el Profesor y Doctor Axel Weber sucedió a Welteke. Sin duda, un Trichet más joven ya no superaría la prueba. ¡Dejemos paso a los economistas!

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Una lógica sutil de múltiples equilibrios

Sigamos con la notoriedad. Porque para que se acepte al presidente de un Banco Central, debe ser conocido de antemano en los medios financieros internacionales. Este requisito no es nuevo. El reducido entorno de los banqueros centrales constituye "una auténtica masonería", según palabras del belga Alexandre Lamfalussy, que dirigió el Instituto Monetario Europeo, la institución que luego dio lugar al BCE. Jean-Claude Trichet había superado los ritos iniciáticos de esta asociación: fue presidente del club de París encargado de reestructurar la deuda de los Estados en 1985, director del Tesoro en 1987, gobernador del Banco de Francia en 1993.

Y finalicemos con otro requisito, aún más complicado: la mecánica europea. Los nombramientos en las instituciones comunitarias funcionan según una lógica sutil de múltiples equilibrios y normas no escritas. La dirección del BCE, compuesta por seis personas, entre las que se encuentra el presidente, constituye un ejemplo perfecto. Debe incluir al menos a una mujer, nunca a dos representantes de un mismo país, ni tampoco a dos miembros de "países pequeños", al menos a un representante "que no sea del Sur" entre los dos puestos clave... Puesto que el vicepresidente es el portugués Vitor Constâncio, este último criterio podría en principio eliminar al candidato actualmente más probable, Mario Draghi, aunque sea un reputado economista, gobernador del Banco de Italia y presidente del Consejo de Estabilidad Financiera. Capacidades, notoriedad y normas europeas: actualmente nadie cumple estos tres requisitos. Por lo tanto, será necesario transigir en alguna de estas limitaciones.

Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.

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