La nueva Comisión durante su investidura para el Parlamento Europeo, el 9 de febrero en Estrasburgo. En primer plano, Catherine Ashton y José Manuel Barroso. (AFP)

El bueno, el malo y Barroso

Tras obtener la luz verde del Parlamento Europeo el 9 de febrero, la nueva Comisión asumirá sus funciones en breve. Sin embargo, România Libera denuncia que la incertidumbre que rodea a su formación y la escasa claridad del reparto de responsabilidades entre comisarios amenazan con minar su funcionamiento.

Publicado en 10 febrero 2010 a las 15:51
La nueva Comisión durante su investidura para el Parlamento Europeo, el 9 de febrero en Estrasburgo. En primer plano, Catherine Ashton y José Manuel Barroso. (AFP)

La Comisión siempre ha sido una institución híbrida, cuya identidad en relación con el Parlamento Europeo y los Estados miembros no ha comenzado a definirse con precisión hasta la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Al ser un verdadero órgano ejecutivo, la Comisiónse asemeja hoy a lo que sería un auténtico gobierno europeo. El único defecto es que no hay comisario de Defensa, pero los países de la UE no han querido nunca una defensa común, y no parece que vayan a cambiar de idea.

No ha sido pues una gran sorpresa que el Parlamento Europeo haya dado luz verde a la Comisión Barroso II, cuyo presidente, José Manuel Durao Barroso, acaba de iniciar un segundo mandato de cinco años. La Comisión conservará sus funciones hasta octubre de 2014. Los 26 comisarios que integran el equipo han sido aprobados en bloque por 488 votos a favor, frente a 137 en contra y 72 abstenciones.

El voto en bloque de los principales partidos —conservadores, socialdemócratas y liberales— ha suscitado airadas críticas de los opositores de Barroso, quienes denuncian la incertidumbre que rodea a la Comisión y a su formación. Así, el líder del grupo de los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, ha dicho que una "coalición de hipócritas" ha votado por una Comisión indecisa y carente de visión. "Barroso ha diseñado esta Comisión con la idea de dividir para reinar", ha dicho Cohn-Bendit: "Barroso ha distribuido las carteras sin tener en cuenta las capacidades de los candidatos. Peor aún, ha cambiado de cargo a los comisarios que estaban haciendo un buen trabajo."

El nuevo ejecutivo corre el riesgo, según Cohn-Bendit, de perderse en luchas intestinas en lugar de trabajar en equipo, por culpa de la escasa claridad del reparto de responsabilidades. Esta es una crítica que comparten muchos diputados que han votado a favor de la Comisión por disciplina de partido. Un ejemplo de la falta de claridad del reparto de competencias: en ciertas áreas de la política exterior de la UE se solapan las responsabilidades de tres comisarios, a saber, Catherine Ashton (alta representante para la Política Exterior), Kristaline Georgieva (Cooperación Internacional) y el propio Barroso.

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CONTRAPUNTO

Una demostración de habilidad

José Manuel Barroso ha tenido que escuchar muchas críticas y exigencias, pero eso forma parte del funcionamiento habitual de un Parlamento cada vez más politizado. Al final, ha logrado un buen equilibrio entre las principales familias políticas europeas, entre viejos y nuevos comisarios, entre pequeños y grandes países, entre nuevos y viejos Estados miembros. Así pues, termina bien una historia que había empezado de la peor manera, pues todos recordamos las dudas que generó su candidatura a un segundo mandato. Barroso ha sabido capear el temporal con la habilidad táctica que todos le conocen. Ha tenido suerte con la elección de los dirigentes europeos para los dos puestos que podrían haber rivalizado con el suyo: Herman van Rompuy y Catherine Ashton no son pesos pesados que puedan hacerle sombra. No al menos de momento. Barroso está en la mejor posición para recuperar el liderazgo en la Comisión que fue perdiendo en el curso del mandato anterior. Ya no tiene excusas. Ya no tiene que hacer las cosas al gusto de nadie. Ya no es tarea suya asegurar el consenso en el Consejo Europeo, sino de Rompuy. Queda sin embargo por saber si es tan buen estratega como táctico. Para el bien de Europa, habrá que esperar que así sea. Público(extractos)

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