El Parlamento húngaro aprobó el 11 de marzo una nueva reforma de la Constitución que retira las competencias más relevantes al Tribunal Constitucional.
La enmienda recibió 265 votos a favor, frente a 11 en contra y 33 abstenciones, las del partido de extrema derecha Jobbik. La coalición Fidesz del primer ministro Viktor Orbán dispone de mayoría de dos tercios. Los socialistas han boicoteado la votación.
Alrededor de 200 personas se manifestaron ante el Parlamento convocadas por varios partidos de la oposición. Posteriormente miles de personas se congregaron en las inmediaciones del castillo de Buda para pedir al presidente János Ader que vete la reforma constitucional. Otra manifestación está prevista el próximo 15 de marzo, día de la fiesta nacional.
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