Las venideras elecciones europeas van a ser para el gobierno centrista danés –cada vez más impopular– unas cruciales votaciones a media legislatura. Por primera vez desde las elecciones generales de 2022, y después de haber puesto en práctica una amplia gama de reformas más o menos controvertidas, la coalición mayoritaria entre los Socialdemócratas, los Moderados (un nuevo partido de centro) y Venstre (el Partido Liberal de Dinamarca) tendrá que afrontar ahora el escrutinio de los votantes.
Dado que la crisis climática es con mucho el asunto más importante para la ciudadanía danesa, los esfuerzos verdes del gobierno se van a observar muy estrechamente; mientras que el debate acerca de un posible impuesto al CO2 en la agricultura está alcanzando un encendido nivel.
En febrero, una encuesta realizada por la empresa encuestadora Epinion para la emisora pública Danmarks Radio y el medio de comunicación especializado en política Altinget reveló que más de la mitad de los encuestados daneses ni siquiera habían oído hablar de nueve de los 11 candidatos principales. Sin perfiles políticos importantes en las listas, las elecciones europeas de este año se están convirtiendo en una lucha de poder más que nada simbólica entre los muchos partidos daneses.
Por primera vez en casi 30 años, Dinamarca<…