Desde hace varias semanas, la guerra en Ucrania y la suspensión del suministro de gas ruso han provocado un aumento en las facturas de gas y de electricidad. Esta alza histórica de los precios de la energía ha causado una ola de protestas en toda la UE. Europa no es la única: desde inicios de 2022, la preocupación respecto al acceso a la energía y a la calefacción han provocado manifestaciones en todo el mundo.
Hace unas semanas, se había instado a los británicos a quemar sus facturas en un amplio movimiento nacional de protesta al que se le habían unido los servicios de correos y el sector ferroviario. El 16 de octubre, una manifestación anti-OTAN organizada en Roma constituyó una oportunidad para hacer lo mismo – en Italia, la inflación de los precios, en particular de la energía, había sido un tema central en las elecciones legislativas de septiembre.
En Francia, el bloqueo de varias refinerías y depósitos de combustible del grupo TotalEnergies se prolongó después de que el gobierno de Emmanuel Macron ordenase la requisa de los manifestantes en varias fábricas. El 18 de octubre, varios sindicatos franceses convocaron a una huelga general. Pocos días antes, miles de personas habían salido a las calles a protestar contra el alza de precios y la crisis climática bajo la iniciativa de la oposición.