"¡Voy a derribar el telón de acero!"
El 21 de mayo de 2022, la empresa rusa Gazprom anunció el cese de sus exportaciones de gas ruso para Finlandia, una decisión tomada después de que Helsinki se negase a pagar las entregas en rublos. El Kremlin había exigido este requisito en el contexto de su tira y afloja económico con la UE provocado por la invasión de Ucrania y las sanciones económicas en su contra. Si bien el cierre de la llave de gas constituye principalmente una decisión comercial, es difícil no ver en esta una consecuencia del reciente anuncio de candidatura para la adhesión a la OTAN de Finlandia y Suecia.
Por su parte, la empresa pública finlandesa de importación de gas natural Gasum calmó a la población garantizando que no habría «ninguna perturbación en la red de transporte de gas» y que todos los consumidores afectados recibirían su suministro de gas durante los próximos meses pese a la fuerte dependencia de Finlandia de las entregas rusas – en 2019, un 100 % de su gas natural provenía de su vecino.
Después de Polonia, Bulgaria y los países bálticos, Finlandia es el sexto país en negarse a pagar por el gas en rublos. Por su parte, Lituania puso fin a la importación de electricidad rusa el 22 de mayo. Pero, a la larga, toda la UE debería prescindir del gas ruso: en marzo de 2022, la Comisión Europea publicó su plan REPowerEU destinado a reducir drásticamente – y eventualmente acabar con – su dependencia energética ante Rusia.