“La tragedia del vuelo MH17 nos obliga a sacar conclusiones sobre nuestra seguridad en el turbulento siglo XXI, escribe Jonathan Holslag en NRC Handelsblad. El profesor de Política Internacional en la Universidad Libre de Bruselas cree que una sólida política de vecindad podría ser la solución a la creciente inseguridad en Europa.
“La geopolítica ha regresado”, afirma Holslag:
Pero hasta cierto punto eso solo nos sirve para darnos cuenta de que la distancia entre Kiev y Katwijk [una ciudad holandesa] […] no es tan grande. Todos los países europeos entre ambas ciudades […] dependen entre sí para su propia seguridad. […] Si creemos que nos podemos permitir regresar a la época de los conflictivos mini Estados europeos, entonces el ataque al vuelo MH17 se convertiría en una dolorosa confrontación con la nueva realidad.
Putin tendrá que pagar, añade Holslag, si se establece una conexión entre la catástrofe del vuelo MH17 y el Kremlin. >Pero no se trata solamente de Putin. Al parecer, la crisis en Ucrania no ha sido suficiente para que los Estados miembros europeos cooperen algo más en el sector de la energía. Las reuniones celebradas en Bruselas para reducir la dependencia del gas ruso no han servido de nada.
Holslags habla de la “falta de visión y del oportunismo de nuestros líderes” y añade:
Por supuesto, hay muchas posibilidades de que, después de un periodo de oportunismo, comience una época de pánico entre un gran número de líderes europeos. Luego se pondrán del lado de EEUU y arrinconarán a Rusia.
Sin embargo, el científico político cree que no debemos perder de vista nuestra responsabilidad. Europa ha creado un “vacío de poder en sus fronteras exteriores” y ha fracasado a la hora de “crear una sólida relación con las superpotencias regionales”.
Opina que la solución podría ser una sólida política de vecindad y una nueva esfera de influencia europea que proporcione más seguridad en el continente. También señala que la UE no solo está amenazada por Ucrania Oriental, sino también por los países del Sahel, donde “hay una enorme cantidad de armamento pesado”. Y no solo los aviones están en peligro, sino que también se pueden utilizar los misiles, con algunas “modificaciones”, contra nuestros barcos mercantes en el Mar Rojo y el Estrecho de Gibraltar.
Por esa razón, Holslag piensa que ha llegado el momento de que Europa asuma el liderazgo en la “batalla contra la proliferación descontrolada de misiles. Lo menos que le debemos a las víctimas del MH17 es una convención sobre los misiles antiaéreos”.
“Este hecho debe ser considerado nuestro 11-S europeo, un pivote en nuestro pensamiento estratégico”, en el cual las represalias y la seguridad de quinientos millones de europeos deben ser prioritarias, concluye.