Los meteorólogos políticos no se equivocaban:el otoño se presentaba “caliente” en Europay los hechos parecen darles la razón. La estricta cura de austeridad a la que se han sometido los presupuestos nacionales para responder a la crisis económica y lograr el equilibrio, en numerosos países se traduce en la congelación e incluso en la bajada de los salarios, la reducción de las prestaciones sociales y la privatización de algunos servicios públicos. Y los ciudadanos, que no están dispuestos a renunciar a sus derechos adquiridos, se hacen a la calle, incluidos los de los países en los que se han acogido mejor las reformas liberales tras el fin del comunismo.
Lo hemos visto a principios de mes en Francia, algo que no sorprende a nadie, y luego en Rumanía, donde prosigue la agitación, en República Checa y de nuevo en Francia. Por último, el 29 de septiembre los españoles están llamados a participar en una huelga general para protestar contra los recortes del Estado del bienestar.
Es precisamente éste último el centro de las preocupaciones de los europeos, ya que es lo que se ha puesto en tela de juicio por la crisis, y no el sector financiero, que se encontraba en el origen de la misma. Sin embargo, se trata de una de las mayores conquistas de la posguerra: la sanidad y la educación públicas y gratuitas, así como el transporte y los demás servicios públicos constituyen el núcleo del modelo social europeo.
Un modelo social-democrático al que están vinculados los europeos aunque, curiosa paradoja, se alejen de los partidos que supuestamente lo encarnan y lo defienden, tal y como se ha visto últimamente en Suecia. Uno de los motivos de esta separación se encuentra en la desviación del sentimiento de pertenencia a una misma comunidad y en el surgimiento, e incluso la exaltación, de los egoísmos (nacionales, locales, individuales). Porque la sociedad europea actualmente se encuentra más fragmentada que en el pasado y las desigualdades son mayores. Y tal y como recordabapoco antes de su fallecimiento el historiador británico Tony Judt, las desigualdades son las que engendran las patologías y los conflictos sociales. Estos mismos conflictos son los que caracterizan a este otoño “caliente”.
Gian Paolo Accardo