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¡Dos mil millones de euros! Este es el coste estimado por Moschos Korasidis, director general de la Unión Nacional de Cooperativas Agrícolas de Grecia, de las catástrofes climáticas que se produjeron en el país entre mediados de julio y mediados de septiembre.
El Secretario General del Ministerio de Agricultura, Giorgos Stratakos, opina lo mismo: “Es un problema global”. De hecho, los incendios asolaron primero los alrededores de Alejandrópolis, ciudad principal de la región agrícola de Evros, en el noreste del país, las islas de Rodas y Corfú, o incluso la zona del monte Parnaso, un auténtico pulmón verde de la capital, Atenas. Luego, las tormentas Daniel y Elías azotaron la llanura de Tesalia, la reserva alimentaria del país. ¿Renacerá la naturaleza en estas tierras devastadas?
Esta pregunta atormenta a Kiriaki Chatzisavvas, de 37 años, bióloga de formación, que abandonó la industria farmacéutica para plantar vides en Evros. "Esto era un pequeño paraíso", explica, mientras muestra las laderas de las colinas. "Ahora es un desastre". Las vides están carbonizadas, los racimos secos, el suelo cubierto de cenizas.

En las 7 hectáreas de la finca domina un olor acre. Se necesitarán de 5 a 10 años para volver a una producción equiparable a la anterior. La viticultora se pregunta si podrá continuar con su experiencia vitivinícola basada en la “biodiversidad”. Ella especifica: "Mi enfoque era holístico, la intervención humana era escasa. Incluso había compartido una experienc…