La crisis y las tres Europas

La UE podría quedar dividida bien pronto en tres grupos: los competentes, los renqueantes y los retrasados, se alarma la politóloga rumana Alina Mungiu-Pippidi. Y no contemos con que una identidad europea artificial consiga agruparlos a todos.

Publicado en 14 noviembre 2011 a las 16:35

No fue un gesto considerado por parte de Europa entrar en crisis justo después de que nos hubiésemos adherido, me dijo con cierta amargura un amigo diplomático de un país de Europa del Este. Tras haber luchado muchos años en contra de la Europa a dos velocidades, mi perplejo amigo veía esta solución impuesta como la única vía de salida. ¿Queda otra opción?

Si aceptamos soluciones como la de Jean-ClaudePiris [uno de los juristas que participó en la redacción del Tratado de Lisboa] — un tratado suplementario justo para los miembros de la eurozona capaces de dar un paso hacia el federalismo fiscal— , habremos salido de la crisis del euro, pero nos encontraremos ante tres Europas: la zona euro competente y unificada, la zona euro renqueante y que no sabe si debe ir hacia delante o dar marcha atrás (Grecia, Portugal...) y quienes están fuera del círculo y no tienen ninguna perspectiva seria de alcanzar al resto.

Europa ha superado otras crisis. ¿Por qué está es más trágica? Todo el mundo — empezando por los estadounidenses — hace apuestas sobre la capacidad de Europa de establecer un denominador común para los países periféricos, en lo que respecta tanto a la democracia como a la prosperidad, para que tales crisis parezcan “problemas de crecimiento”.

La obsesión con la 'europeanidad'

En realidad, en su texto elaborado con motivo del SimposioDahrendorf [que se celebró el 9 y 10 de noviembre en Berlín, en memoria del sociólogo alemán Ralf Dahrendorf, fallecido en 2009], IvanKrastev afirma que se trata de una crisis de desintegración: todo lo que ha hecho posible el proyecto europeo se vuelve contra él en este momento de divergencias. En primer lugar, la democracia, con el populismo y las concesiones que le han hecho los líderes europeos, y después el Estado de Bienestar como derecho innato según el cual las democracias deben proveer plenamente a sus ciudadanos, independientemente de la coyuntura económica.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

Los partidarios de Europa creen que si demostramos la existencia de una identidad europea común, la solidaridad con el resto fluirá de manera natural, al igual que el apoyo a las políticas europeas y a una integración con mayor empaque. Entonces, ¿por qué los griegos, que tienen identidad de sobra, no apoyan la política de su Gobierno? Y planteado de una manera más en general, ¿como puede la identidad, por sí misma, ayudar a legitimar cualquier política?

La obsesión de la 'europeanidad' y del 'europeanismo', fundamentados generalmente en una identidad definida desde un punto de vista psicológico, nos hace perder de vista qué es en realidad Europa: un conjunto de leyes y la capacidad de aplicarlas. Grecia no es el referente estándar — ni Italia ni Portugal — y eso es lo que amenaza con desintegrar Europa, no los inmigrantes tan denostados, ni Rusia ni China.

El "retorno a Europa": discurso con éxito

En resumen, tal y como sostiene el profesor de estudios europeos en Oxford Jan Zielonka en "La ideología de un imperio", la identidad europea no es más que propaganda de Bruselas para justificar el enfoque europeo neocolonial, puesto que Europa quiere que sus estándares sean adoptados incluso fuera de sus propias fronteras, en Ucrania, en Libia o el Magreb.

Yo añadiría que se trata también de un propaganda que hemos escuchado en la periferia de la UE: el "retorno a Europa" ha sido un discurso que ha movilizado con éxito durante la transición postcomunista, puesto que ha unido a la gente en las aspiraciones hacia la libertad, al hacer pasar el capitalismo por un sueño, y no por una pesadilla.

En realidad, no podíamos regresar, porque nunca habíamos formado parte. Éramos el tercer mundo de Europa, y el papel que juega hoy en día el FMI lo ostentaron en el periodo de Entreguerras los representantes de quienes nos prestaban dinero, tal y como sucede hoy en día, para estabilizar nuestro presupuesto - el Banco de Francia disponía de un representante permanente en nuestro país que tenía un derecho de veto sobre los gastos del Gobierno.

Encontramos esta identidad europea confeccionada desde la glorieta Schuman, en Bruselas, hasta Belgrado o incluso en Tbilisi, donde las personas se pasan las tardes discutiendo cómo y hasta qué punto son europeos. Pero en el centro, donde propiamente puede encontrarse Europa, no se oye ni una palabra sobre identidad - únicamente pervive el deseo de que la Europa que se diseñó en los años 70 permanezca inamovible.

Esperando a que Barroso haga magia

En otras palabras, la identidad europea sólo es para quien todavía aspira a alcanzar los estándares de Europa, quienes ya lo han conseguido no le prestan atención. A la gente le preocupan otras cosas: por ejemplo, el hecho de que ya no tienen la seguridad social de sus padres. La responsabilidad de la nueva crisis se imputa a la ausencia de armonía entre los instrumentos de la Europa política y los del proyecto de la moneda única europea.

En 1996, LordRalfDahrendorfescribió esta palabras proféticas: "La mano invisible del mercado hará vulnerables incluso los planes más sofisticados ". Y así ha sido. Los federalistas europeos, quienes siempre han querido "más Europa", conciben que la armonía no puede restablecerse sino de una única manera, es decir, por medio de políticos que osen franquear ese último paso (el gobierno fiscal) y alcanzar los estándares de la moneda común europea.

Pero no todo el mundo puede dar el paso hacia un gobierno fiscal común con el euro como base, porque las economías europeas no son todas son igual de competentes. En la presente coyuntura, Alemania exportaría infinitamente hacia Grecia, que estaría perpetuamente en quiebra y sometida a planes de austeridad. Europa se vería reducida a una "Europa alemana", un núcleo europeo. Eso es al menos lo que Habermasha transmitido en nuestra conferencia.

El mundo espera que Barroso, que tampoco pertenece a un país del corazón de Europa, haga magia y muestre que hay luz al final del túnel, pero es difícil imaginar qué conejo podría sacar de su chistera.

Opinión

Una “Unión de la austeridad”

La idea de una Europa con integración a varios ritmos no es nueva,tal y como señala José Ignacio Torreblanca en El País. Diez Estados miembros, entre los que se encuentran Reino Unido, Suecia y Dinamarca, no pertenecen a la eurozona, y los propios tratados europeos recogen la previsión de diferentes niveles de cooperación en varios ámbitos.

Pero la implosión política de Italia y Grecia ha reabierto el debate sobre la posibilidad de que un Estado abandone la eurozona y acerca de la cooperación reforzada de grupos de Estados miembros. Sobre esta premisa, el analista político argumenta que ahora nos enfrentamos a "la combinación de un efecto centrífugo, que amenaza con desgajar la Unión Europea por fuera, con un efecto centrípeto, que amenaza con romper la Unión Europea por dentro". El riesgo hoy en día es que asistamos al nacimiento de una "Unión de la austeridad" formada por Estados con calificación de triple A (Alemania, Francia, Países Bajos, Austria, Finlandia y Luxemburgo) que supondría un obstáculo insalvable para el resto de los Estados miembros.

Las consecuencias de tal planteamiento serían "demoledoras", advierte Torreblanca. En términos económicos, porque los mercados penalizarían aún más a los países periféricos; y en términos políticos, "una ruptura de este calado haría aflorar todas las tensiones subyacentes hoy entre Norte y Sur, Este y Oeste, daría alas al populismo antieuropeo en muchos países y alimentaría los sentimientos contra Francia y, especialmente, contra Alemania".

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema