Ampliación de la UE 2004-2014
'Países del Este' - Viñeta de 2002 de Hanel. Mucho ha cambiado desde entonces.

La nueva diplomacia viene del Este

Publicado en 16 diciembre 2014 a las 12:11
Hanel  | 'Países del Este' - Viñeta de 2002 de Hanel. Mucho ha cambiado desde entonces.

*En 2004, los diplomáticos de los nuevos Estados miembros de la UE “caminaban como Alicia en el país de las maravillas” por la capital europea, [escribe](http://www.volkskrant.nl/dossier-europese-unie/opmars-van-de-oost-europeese-diplomaat~a3800515/?akamaiType=FULL&__gda__=st=1417681659~exp=1417681669~acl=%2fdossier-europese-unie%2fopmars-van-de-oost-europeese-diplomaat~a3800515%2f%3fakamaiType%3dFULL%26__gda__%3d~hmac=14e84a0e3a258cd67676603c8cd343a35d569d8a609ca10fd8b2825b40c1a0b4) Marc Peeperkorn, corresponsal de la UE del diario De Volkskrant. Diez años después, ya dominan el “idioma secreto de Bruselas” y son “iguales” a los representantes de los Estados miembros antiguos.**

Pero los primeros años en la UE no fueron sencillos, añade Peeperkorn, después de que el 1 de mayo de 2004 se hiciera realidad la mayor ampliación de la UE: Polonia, la República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Chipre y Malta se adhirieron a la UE.

Así lo vivió Maros Sefcovic, que dirigió a Eslovaquia en su entrada en la UE y que desde 2009 es miembro de la Comisión Europea: “Tenía la impresión de que existía una pared de cristal en la sala de conferencias. Veía cómo la vieja guardia hablaba, cómo salían palabras de sus bocas, aunque apenas entendía nada. Por no mencionar que no tenía ninguna influencia en la toma de decisiones”.

“Para llenar la sala”

A pesar del periodo de formación de un año como observadores, al principio los nuevos embajadores se sentaban “para llenar la sala”. Tom de Bruijn, exembajador holandés en Bruselas, reconoce que había “un cierto sentimiento de superioridad” entre “la vieja guardia” de la UE15. “Todos esos años estuvimos al mando. El mensaje a los recién llegados era: aquí nosotros somos los que decidimos; vosotros sois unos novatos en el juego. Era una cultura de desconfianza”.

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Pavel Telicka, negociador jefe para la República Checa, recuerda la “locura” de los primeros años. Mientras que los antiguos Estados miembros contaban con al menos setenta personas en Bruselas, la Embajada Checa solo tenía cuatro empleados. “Decir que trabajábamos duro es un eufemismo”, explica. Lo denomina de broma “una esclavitud moderna para la madre patria”. Bruselas no solo era un laberinto de pasillos, pasajes, normas y estilos secretos, sino que además les resultaba muy difícil aprender la jerga de la UE. “Toda la técnica de pagos, obligaciones, reservas, límites, presupuestos complementarios, es política de alto nivel”, afirma Sefcovic.

“Otro problema importante era que precisamente en esos primeros años, los nuevos Estados miembros de la UE perdieron muchos de sus funcionarios de talento porque se trasladaron a Bruselas. Jóvenes polacos, eslovenos y húngaros altamente cualificados con algo de experiencia en Europa respondieron a la llamada de los sueldos mucho más altos que ofrecían las instituciones de la UE”, añade De Volkskrant.

Creciente tensión con Rusia

Después de cinco años, la disparidad entre los viejos y los nuevos desapareció: los embajadores aprendieron a hablar el lenguaje codificado y se convirtieron en miembros activos. “Pero el verdadero bautizo fue la presidencia de turno semestral de la UE”, afirma el embajador polaco Prawda. “Entonces te tenías que tirar de cabeza. Entonces tenías que demostrar que podías dirigir y que no te dejabas llevar”.

“Diez años después, eso ha pasado a la historia”, ahora que el polaco Donald Tusk va a asumir la presidencia de la UE, concluye el diario. “Más de la mitad del grupo de 2004 ha asumido la presidencia de turno de la UE. Los argumentos apocalípticos que sostenían que la UE podría hundirse por su aumento de peso han demostrado ser infundados”. Sin embargo, la creciente tensión con Rusia sitúa a los Estados miembros del Este en primer plano. “Ahora participamos activamente en el juego”, analiza el embajador polaco Prawda.

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