En Berlín, todas las noches arden coches. Este año van ya 267, informa Frankfurter Rundschau. Mientras que la prensa sensacionalista la emprende contra esos "puñeteros incendiarios anarquistas " que "aterrorizan" a los propietarios de coches Mercedes, BMW o Porsche en los barrios de reciente ascensión burguesa, como Friederichshain, Kreuzberg, Belín-Mitte y Pankow, la policía se muestra incapaz de encontrar una estrategia para controlarlos.
Según los servicios de información, los responsables de estos actos vandálicos provienen de sectores de la izquierda autónoma y, según explica el periódico, se ensañan con los signos exteriores de riqueza de los nuevos habitantes, considerados responsables de la expulsión de los artistas y estudiantes que antes habitaban en estos barrios populares, ahora de moda. Frente a este fenómeno, FR contrapone el ejemplo de Hamburgo, donde los artistas han logrado que el Senado de la ciudad se decida a comprar un barrio amenazado por un gran proyecto inmobiliario y renovarlo con su colaboración.