Todo comienza en Varallo Sesia, una pequeña población cercana a Vercelli (noroeste) cuyo alcalde, parlamentario de la Liga Norte, decidió imponer multas de 500 euros a las bañistas que usaran el “burkini” (el bañador de cobertura integral diseñado para musulmanas) tanto en piscinas como en ríos y torrentes. Hamza Piccardo, de la Unión de las Comunidades Islámicas (UCOII) está convencida de que “la mera presentación de un recurso jurídico bastará para hacer desaparecer la multa anti-burkini”.
Autodefensa jurídica musulmana
Hoy en día, la palabra “recurso” forma parte del léxico de los inmigrantes que están muy al corriente de las costumbres y las leyes italianas. Tras el caso de la joven marroquí que se bañó en burkini en una piscina de Verona, la campaña de autodefensa no ha cesado de ganar fuerza. Las comunidades musulmanas acaban de abrir un nuevo frente: el “dominio de la imagen” de las minorías religiosas. Varias demandas civiles de rectificación se han visto ya coronadas por el éxito. Y comienza a circular la idea de recurrir a un tribunal administrativo contra las ordenanzas consideradas “racistas”.
Lula Bauccio, un abogado milanés que ha presentado un centenar de demandas civiles y penales por cuenta del UCOII contra los ofensores del “Islam italiano”, ha escrito también al procurador de Milán. Su misiva ha sido remitida al departamento antiterrorista, el cual ha reconocido que en efecto los musulmanes “son a menudo objeto de difamación”. Esta tentativa de “judicialización” crea un precedente que aunque no tiene nada de espectacular, no es tampoco desdeñable.
Kebabs extramuros
Entretanto, en Nervesa della Battaglia, un pueblo de la región de Treviso (noreste), se decidió la víspera del ramadán que los edificios utilizados hasta el momento como mezquitas no eran adecuados. En abril, la región de Lombardía declaró la guerra a los vendedores de kebabs: cierre obligatorio a la una de la madrugada, prohibición de servir comida para consumir en la calle, máxima severidad higiénica y sanitaria. El mismo mes, en Milán, el alcalde estudiaba la posibilidad de prohibir las manifestaciones en la Piazza del Duomo, la catedral, después de que varios cientos de musulmanes se reunieran allí para rezar.
La municipalidad (con mayoría de la Liga Norte) en Capriate, San Gervasio y Crespi D’Adda, todos pertenecientes a la provincia de Bérgamo (norte) y con un total de ocho mil habitantes en conjunto, decidió no entregar más licencias a los comercios de “kebabs o alimentos parecidos”. “¡Vamos, vamos!, eso no es racismo” dice el alcalde, sólo la voluntad de “preservar” el centro histórico. Una idea que tal vez se comprendería mejor en el centro histórico de Lucca, en la Toscana, rodeado de unas magníficas murallas intactas, donde la prohibición de vender cuscús y kebabs, pero también pizza en porciones, está en vigor desde principios de año. O bien en Cittadella veneta (noreste), menos hermosa pero llena de encanto, y que ha pedido a los vendedores de kebabs que se vayan a otra parte.
La burka no es bienvenida en Alassio
En medio de todo esto, se encuentra el nuevo tabú: el burka. Y por más raro que sea cruzarse con uno por las calles de Alassio, en la costa genovesa, su alcalde los ha prohibido desde hace un año en todo el territorio municipal. Del mismo modo, el nuevo alcalde de Fermignano, en la Marche (centro), también de la Liga Norte, pretende que se apliquen las mismas medidas. He aquí por qué algunos, como el UCOII, han optado por pasar al contraataque. En septiembre, las autoridades de control de la publicidad deberán resolver otro caso relativo a una campaña para un spray anti-agresión. En ella se ve la mano de una mujer blanca rociando a un “ofensor” de piel negra. ¿Es posible que Italia sea como la Alabama de los años sesenta?
FRANCIA
El ramadán, un buen negocio
El periódico Le Monde observa que los minoristas están más atentos hoy a su clientela musulmana y no faltan a su cita anual con el ramadán. Ofrecen productos con nombres alusivos, como “Salvadores de Oriente” o “Por la ruta de las especias”. “La oferta halal es mucho más amplia que hace cinco años. No sólo la cadena Auchan, sino también Leclerc, Super U y Casino, han creado secciones específicas para este periodo, además de ofrecer productos halal durante todo el año”, subraya Le Monde. “El ramadán constituye una oportunidad comercial importante”, explica Carrefour. El grupo ofrece productos orientados a su clientela musulmana desde hace ya diez años, pero ha desarrollado más recientemente una marca especial para ellos, Reghalal, que incluye jamón de pavo y salchichas de ave que se venden a buen precio en sus tiendas”.