Cala Piccola, Monte Argentario, Toscana.

Monte Argentario, paraíso de las élites checas

En la costa toscana, una clase específica de turistas ricos y agradables hace las delicias de los habitantes. Los políticos checos disfrutan allí de un lujo asombroso y pasan discretamente sus vacaciones en compañía de lobistas y de empresarios.

Publicado en 1 agosto 2012 a las 15:18
Cala Piccola, Monte Argentario, Toscana.

Al pie de esta estación balnearia, situada sobre acantilados, en la costa oeste italiana, hacemos una parada en un pequeño puesto de restauración. Estamos a unos kilómetros de distancia de nuestro destino. Hace mucho calor, la temperatura supera los 30 grados. Pero una agradable brisa marina refresca el aire.

“¿En qué idioma hablan?”, pregunta el vendedor al presentarse. Se llama Angelo. Al saber que somos checos, nos lanza una gran sonrisa. “¿Saben que aquí, sus políticos y sus empresarios tienen villas por todos lados? Por ejemplo, acabo de entregar un pedido a su exprimer ministro”, afirma. “¿Mirek Topolanek?”, le pregunto. “Sí, sí, Mirek”, responde Angelo asintiendo con la cabeza. “Y uno de mis amigos es el patrón del Aries”, añade. “Ese yate es de un político checo, ¿verdad?”. Efectivamente. El Azimut 68 Evolution, bautizado como Aries, cuyo valor asciende a casi 50 millones de coronas [algo menos de 2 millones de euros], pertenece al exministro de Transportes, Ales Rebicek, miembro del ODS [el Partido Cívico Democrático, de derecha]. "¡Ales, sí, Ales!", repite Angelo con un acento encantador.

"Vladimir está en casa aquí"

La primera vez que visité Monte Argentario fue en 2009. Ese verano, la opinión pública descubrió que los responsables políticos checos pasaban allí sus vacaciones, en compañía sobre todo de Martin Roman, exdirector ejecutivo de CEZ [la principal empresa productora y distribuidora de electricidad checa] y de su amigo, el lobista Vladimír Johanes. Para Topolanek, entonces presidente del ODS, para el diputado Rebicek y Milan Urban, vicepresidente del ČSSD [Partido Socialdemócrata Checo], esta revelación fue una de las más vergonzosas. Se produjo unos días después de los obsequios que concedieron a CEZ los legisladores checos, por una cantidad de decenas de miles de millones de coronas.

El regreso de la “banda toscana”

Este año, la élite checa sigue disfrutando del sol en esas mismas villas. De nuevo, me encuentro con la “banda toscana”. Aunque su tamaño se ha reducido: el escándalo de las vacaciones italianas de 2009 marcó el principio del declive progresivo de sus actores principales. Topolanek ya no es jefe del ODS, Rebicek ya no es diputado, ni Roman es director ejecutivo del gigante CEZ.

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Mi primera parada es el barrio de Pozzarello, donde se encuentra la casa blanca de Vladimir Johanes, oculta tras un gran muro de seguridad. Johanes es la persona que hizo que llegaran los checos adinerados a Monte Argentario. En CEZ, era responsable de las relaciones con el mundo político. También trabajó para Urban como consejero, en la época en la que este último era ministro de Industria. “Vladimir aquí se encuentra como en su casa. Le conocemos bien. Juego con él al golf, es un hombre generoso. En el club, sólo pide agua, pero siempre se deja 1.000 euros”, comenta Agnella, una agente inmobiliaria, con un poco de exageración.

A sólo unos cientos metros de allí, también en Pozzarello, se encuentra otra villa de lujo. Es en la que Topolánek y su círculo cercano pasaron sus vacaciones hace tres años.

Este año, vuelve a alojarse en ella con su familia. En la terraza, se ve a su mujer y exvicepresidenta del Parlamento, Lucie Talmanova, con su hijo Nicolas. Delante de la casa está aparcado el BMW blanco que suele utilizar Tomas, el hijo mayor Topolanek. “No sé qué pretenden, acosando a personas privadas que pasan sus vacaciones en familia. No le voy a responder y le advierto de que me planteo seriamente llevarle ante la justicia si sigue con sus ataques”. Así es como reacciona el exprimer ministro a nuestra solicitud de entrevista.

Una estación balnearia, tranquila y privada

“Su” villa naranja de 1.800 metros cuadrados, cuyo valor se acerca a los 50 millones de coronas [alrededor de 2 millones de euros], se ve de lejos. Se encuentra en la Via dell’Olmo y tiene cuatro pisos, con una piscina en el segundo. Dos puertas enormes dan acceso al jardín, rodeado de grandes árboles. La residencia se alza sobre un peñasco que da directamente a la bahía de Pozzarello. En el jardín se han colocado estatuas de grandes artistas checos.

Lo que atrae a las personalidades influyentes checas a Monte Argentario es sobre todo la tranquilidad y la privacidad. Pero aunque esta estación balnearia es un lugar muy apreciado, no es en absoluto un oasis de lujo para los multimillonarios y los famosos, como lo son Mónaco en la Riviera francesa y la Costa Esmeralda en Cerdeña.

Hay otra categoría de checos que poseen villas en Monte Argentario: los empresarios. Su número no deja de aumentar. Los habitantes de la península esperan que llegue una gran cantidad de checos para pasar allí su verano. Tras las experiencias con Dalík, Topolanek, Rebicek y Johanes, piensan que las personalidades políticas y los empresarios en particular son muy ricos. Y hablan con mucha amabilidad de los checos, incluso de los que tienen responsabilidades políticas. En este sentido, no cabe ninguna duda: nuestra élite política ha representado realmente bien al país.

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