La libre circulación entre los países de la zona Schengen y la Unión Europea está en peligro, después de que varios países reintrodujeran los controles fronterizos a raíz de la llegada masiva de inmigrantes y refugiados y por la falta de acuerdo entre ellos sobre la distribución de los mismos.
Alemania, que había anunciado que estaba dispuesta a recibir 800.000 refugiados este año, ha restablecido los controles el 13 de septiembre. Austria también ha reforzado los controles en las fronteras con Hungría, mientras que este última ha cerrado su frontera con Serbia, empujando a los inmigrantes a tratar de entrar en la UE por Croacia (que no forma parte del espacio Schengen).
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