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Siguiendo los pasos de Italia, Grecia, Francia y Alemania, la República Checa está bajo el foco mediático con su economía en apuros, según Die Welt. El país de Europa central es el único miembro de la UE que aún no se ha recuperado del desplome económico producido por la pandemia de covid-19. El periódico con sede en Berlín atribuye parte de la culpa a la ineficiencia energética de las empresas checas, que se vieron profundamente afectadas por la crisis energética producida tras la invasión rusa de Ucrania.
Sin embargo, las heridas de esta nación europea mayoritariamente industrializada parecen ser más profundas, y requieren un cambio en su modelo de crecimiento, que se basa en una mano de obra cualificada y un bajo coste laboral. "Este modelo llegó a su límite cuando los niveles de prosperidad y sueldos alcanzaron los de Europa occidental, pues eliminaron una ventaja competitiva esencial", escribe el diario. Además, añade que "la economía checa es demasiado cara como para poder competir con países con salarios más bajos, pero aún no ha avanzado lo suficiente en materia de tecnología como para poder seguir el ritmo, digamos, a Alemania".
Sin embargo, lo que está sucediendo en el país checo también puede servir de advertencia a la propia Alemania, que se enfrenta a problemas similares. Para mantener la prosperidad se necesitan hacer cambios estructurales, como terminar con las ayudas a industrias que no son sostenibles a largo plazo, aumentar la inversión en educación, investigación y desarrollo, reducir la burocracia e invertir en maquinaria, robots y software para remplazar a una mano de obra menguante.
Der Spiegel también se hace eco del pronóstico pesimista de la economía más fuerte de Europa, cuyo crecimiento se sitúa en penúltimo lugar seguido de la República Checa. Este diario con sede en Hamburgo atribuye el estancamiento económico alemán al agudo incremento de los precios de la energía debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, al respectivo aumento de los precios, a la incertidumbre geopolítica y a la pronunciada desaceleración que se está produciendo en la economía global.
Según el periódico berlinés Tagesspiegel el envejecimiento de la población también es un problema: "cada vez menos empleados tienen que financiar más pensiones", mientras que la solución de recurrir a mano de obra inmigrante cualificada se ve entorpecida por la creciente preferencia electoral hacia partidos de extrema derecha populista. Por lo tanto, Alemania se enfrenta a una posible pérdida de su modelo de prosperidad que podría derivar "no en un susto a corto plazo, sino en un colapso social total".
En Austria, Der Standard cita al excanciller socialdemócrata Christian Kern, quien nos recuerda que "un problema de Alemania es un problema de Europa" y califica a "Alemania como una locomotora que no debe estropearse". Mientras tanto, la recesión está comenzando a afectar al mercado laboral en Austria, donde casi 250 000 personas buscan trabajo, un aumento del 11 % con respecto al año anterior. Solo se puede observar un incremento de empleo en el sector público, señala el diario.
Tampoco se percibe mucho optimismo en la otra punta de Europa. "Más del 80 % de los portugueses temen que su nivel de vida empeore en 2024", titula Público, y razona que las cuestiones sociales y la lucha contra la pobreza serán dos de los grandes temas de las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Pese a que Portugal es uno de los países europeos que más ha crecido, con un aumento del 1,5 % y habiendo registrado el crecimiento más rápido el año pasado, tal y como informó Jornal de Negócios, la aprensión económica sigue siendo alta.
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Estados Unidos sale adelante mientras que Europa se queda atrás. Este es el titular de Hospodářské noviny, que cita un estudio realizado por el instituto de investigación bruselense ECIPE. El estudio deja entrever que si los estados miembros de la UE tuviesen que cruzar el charco e integrarse a los Estados Unidos, se situarían entre los más pobres en términos de PIB per cápita; incluso contando con pesos pesados como Alemania o Francia. Desde la crisis financiera mundial de 2008-2009, el crecimiento estadounidense ha sobrepasado significativamente la media de la UE. "Si esta tendencia continúa, la diferencia de prosperidad entre las medias europea y estadounidense en 2035 será tan grande como la diferencia entre la media europea y la india hoy", según la sorprendente comparación del estudio. El retraso de Europa es multifacético: los factores a corto plazo incluyen las distintas repercusiones que la agresión rusa está ejerciendo en las economías europea y estadounidense.
Una razón más duradera es que EE. UU. tiene el mayor número de empresas tecnológicas innovadoras, una categoría en la que Europa no puede competir. Las maneras de abordar la transformación verde también varían. El gobierno de Biden ha apoyado este cambio con una considerable rebaja de impuestos. El apoyo de la UE a la transformación ecológica es fuerte, pero la falta de un sistema fiscal unificado dificulta la reducción conjunta de impuestos, considerada la herramienta más efectiva. El subdesarrollado mercado de capitales europeo complica encontrar financiación para nuevas empresas. La Comisión Europea propuso un mercado de capitales único para la UE en 2014 para facilitar la financiación corporativa, pero la propuesta aún no se ha aceptado. Otro desafío para los países de la UE es el envejecimiento demográfico. Por su parte, Estados Unidos sigue viendo un aumento en la población activa y disponible en el mercado laboral. Muchas empresas, incluso aquellas en la República Checa, tienen problemas para encontrar empleados en Europa. El aumento de la productividad también es significativamente más rápido en EE. UU. que en la UE, debido a una mayor tasa de inversión, un mayor gasto en I+D y a unos precios energéticos más bajos que pagan las empresas estadounidenses.
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Italia se retira de la Ruta de la Seda
Marco Galluzzo | Corriere della Sera | 6 de diciembre | italiano
"Italia sale de la Ruta de la Seda: Carta de despedida enviada a Pekín", titula Corriere della Sera. Según el periódico con sede en Milán, Roma ha salido del "proyecto faraónico y multimillonario del líder chino Xi Jinping tras cuatro años, una iniciativa que sedujo al gobierno de Giuseppe Conte y enfureció a Estados Unidos y otros aliados". El gobierno italiano ya había dudado antes sobre si retirarse o no, deseoso de mantener una relación cordial con Pekín. China criticó la decisión de Italia de desvincularse de la iniciativa, pero se abstuvo de nombrar al país directamente. La experiencia de Italia arroja luz sobre cómo el proyecto es beneficioso prácticamente solo para Pekín, con unas ventajas tangibles limitadas para el resto de partes. En el marco de la cooperación, Italia esperaba recibir hasta 20 000 millones de euros de inversión china, pero solo llegó una parte. El periódico plantea la posibilidad de una retaliación comercial por parte de Pekín, en especial relacionada con el sector de artículos de lujo. En los próximos meses podrá estimarse la extensión de las posibles consecuencias.
El gobierno provisional llevará a Portugal a unas elecciones anticipadas
Vítor Moita Cordeiro | Diário de Notícias | 7 de diciembre | portugués
El 8 de diciembre, el gobierno provisional de Portugal tomó posesión de su cargo bajo el liderazgo del primer ministro saliente António Costa, que había dimitido un mes antes debido a una investigación de corrupción. Diário de Notícias señala que aunque Costa sigue estando al mando del gobierno en la práctica, este solo desempeñará las acciones "estrictamente necesarias para gestionar asuntos públicos", y conducir al país a unas elecciones anticipadas que se celebrarán el 10 de marzo de 2024. Costa está siendo investigado por posible corrupción relacionada con otorgar permisos para la extracción de litio y la producción del denominado hidrógeno verde. La fiscalía ya ha imputado al ministro de infraestructura João Galamba, y la policía ha registrado la residencia oficial de Costa, varios ministerios y detenido a varias personas cercanas al primer ministro. Costa, que lleva gobernando en Portugal desde 2015 y que ha sido el primer ministro europeo que más tiempo ha estado en ejercicio, consiguió atraer la inversión y restaurar la estabilidad fiscal del país después de años de medidas de austeridad implementadas en respuesta a la crisis de deuda europea.
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