"La caída de Gbagbo supone una victoria para Francia y para la ONU", celebra Le Figaroal día siguiente del arresto del presidente saliente marfileño por parte de los soldados fieles a su sucesor, reconocido por la comunidad internacional, Alassane Ouattara, y que recibieron apoyo militar de Francia, el antiguo país colonizador. Para el diario conservador, tras cuatro meses de crisis, esta caída "envía al mundo un mensaje universal y, sin embargo, básico: quien pierde las elecciones debe abandonar el poder. Es un mensaje que se aplica, en primer lugar, a África y que merecía que Francia se comprometiese sin reservas para apoyar una voluntad internacional unánime".
Su colega de izquierdas, Libération, subraya por su parte "la estrategia arriesgada de Sarkozy el Africano", que "corre el riesgo de que se le acuse de restaurar las viejas prácticas intervencionistas de Francia-África" aunque, continúa Libération, "sin embargo, no hacer nada también era imposible". "Ahora París será juzgada por sus relaciones con el nuevo régimen, precisamente cuando algunas investigaciones, como las de Human Rights Watch, acusan a los partidarios de Alassane Ouattara de masacres y de limpieza étnica" asegura al diario un especialista en África y Oriente Próximo.