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Como es de suponer, el caso Nagyová ha desatado una oleada de emociones. En cualquier caso, si se pueden templar con alguna dosis de razón, seguirán surgiendo preguntas a medida que se conozca cada nuevo detalle de la información (y quizás de la información errónea). De hecho, desde que se hiciera pública la noticia, muchos observadores han estado señalando una serie de sucesos extraños.
En primer lugar, ¿cómo es posible que esta gran exclusiva, como se ha denominado, se conociera incluso una semana antes de que estallara? Los lobistas RomanJanousek e Ivo Rittig [cercanos a Jana Nagyová]se marcharon discretamente al extranjero, a pesar de que Roman Janousek está acusado de intento de asesinato [en 2012 atropelló a una mujer, mientras conducía bajo los efectos del alcohol], sin ninguna alegación de escuchas a las esposas de las autoridades gubernamentales.
Las principales líneas de la investigación, es decir, sobre los “padrinos”, no se están siguiendo de momento, ni políticamente ni en los medios de comunicación: el mayor escándalo lo han desencadenado dos supuestos derivados: el asunto de Tluchor y compañía [el grupo de parlamentarios disidentes de la coalición gubernamental, que renunciaron a sus mandatos a cambio de lucrativos puestos en empresas contraladas por el Estado] y el caso de Jana Nagyová.
Una independencia sin precedentes
La interpretación mayoritaria de los acontecimientos es la siguiente: la policía y la oficina del fiscal del Estado gozan de una independencia sin precedentes con respecto a los políticos, paradójicamente gracias a las políticas del Gobierno de Petr Necas. Al parecer, han empezado a hacer uso de ello y se han propuesto limpiar los establos de Augías de la política checa. Y si realmente es así, se pone de manifiesto otra paradoja: los oficiales de policía y los fiscales han seguido los consejos de los políticos en lo que respecta a la gestión de los medios de comunicación, desatando emociones y fijándose como objetivos los núcleos de poder vitales.
Necas es claramente el principal objetivo. Si fuera un simple ministro y le ocurriera algo similar (por ejemplo, si el director de su gabinete tuviera que “liberarse de la cadena”), simplemente dimitiría. Con el fin de mantener el Gobierno en pie, los compañeros de partido y los socios de la coalición obligarían a Necas a dimitir; algún otro funcionario del partido [el Partido Democrático Cívico, ODS] le calmaría y con el tiempo obtendría alguna compensación, en forma de un puesto en el consejo de administración de alguna empresa gestionada por el Estado o el puesto de embajador de Bratislava. Pero en el caso actual, la salida de Petr Necas implica la caída del Gobierno. El primer ministro no se puede sustituir con un simple “No pasa nada, sigamos adelante”.
Petr Necas se convirtió en líder del Partido Democrático Cívico y del Gobierno con una reputación de “Sr. Manos Limpias” e incluso se esperaba que asumiera la función de “limpiador” [de la política]. Está claro que no lo ha hecho.
La cautela de los tribunales
El hecho de que Tluchor y compañía aceptaran una buena cantidad de dinero (si no directamente, en un maletín con billetes) por no echar abajo al Gobierno estaba claro desde el principio. Para llegar a esta conclusión no necesitamos a la ÚOOZ, la unidad de la policía checa que combate el crimen organizado. La novedad en este caso es que las negociaciones, que aunque eran especialmente sucias seguían considerándose negocios, ahora se califican de corrupción, de delito. Pero esas negociaciones se pueden considerar corruptas desde el momento en que se obliga o se “motiva” a alguien, ya que el hecho de ofrecer dinero para cometer un acto criminal, tanto si se paga directa como indirectamente, es un abuso de poder. Dar forma a los mandatos de los parlamentarios no es ilegal y cuando la designación de personas en los consejos de administración de empresas de propiedad estatal recae en el mandato del Gobierno (el ministro competente), es decir, cuando no se tienen que convocar concursos para ocupar un puesto, el desvío de los diputados Tluchor, Fuksa y Snajdr del Parlamento a los consejos de administración puede considerarse como algo repulsivo, obsceno, etc., pero no directamente como un delito. Si esta situación cambia ahora, según la interpretación del fiscal y el tribunal, las consecuencias podrían ser devastadoras.
El hecho de que la jerarquía superior de la inteligencia militar se pusiera al servicio de la jefa del gabinete del primer ministro para espiar a su esposa sin duda es escandaloso. Incluso si los esfuerzos de Jana Nagyová, como supuestamente alega su abogado, tuvieran como fin proteger a Radka Necasova de los Testigos de Jehová. En todo esto, ¿cuál es la auténtica causa del asunto? Unos investigadores realmente imparciales e independientes de algún modo tienen conocimientos de que pasa algo, se llevan las manos a la cabeza y dicen: “Vaya, esto tiene muy mala pinta, ¿tenemos que hacerlo público?”. Pero casos como este, aunque no lleguen directamente a la oficina del primer ministro, se pueden contar alrededor de diez a la semana.
Petr Necas, tras asumir el cargo, fue acusado de pasividad, incluso de debilidad. Pasado algún tiempo, empezó a ponerse en marcha lentamente y se mantuvo en pie en situaciones en las que todo el mundo veía su caída. Al mismo tiempo, todos los gorriones no dejaban de piar que se mantenía en pie porque las cuerdas invisibles las controlaba su mano derecha, Nagyová, que había negociado una alianza con “padrinos”, todo ello, como mínimo, al límite de la ley. Por lo tanto, si en los últimos dos años alguien quería "derrocar" al primer ministro, lo único que tenía que haber hecho era dirigir una luz hacia su mano derecha y llamar la atención sobre ella. Y es lo que está ocurriendo ahora.
No obstante, resulta extraño que los tribunales estén siendo muy cautos y no se muestren exultantes por el triunfo en la lucha contra la corrupción.
Contexto
Del ayuntamiento al Castillo de Praga, una trama de corrupción
En el punto de partida del mayor escándalo desde que existe la República Checa (1993) están centenares de horas de escuchas policiales a los miembros de grupos de presión Roman Janousek e Ivo Rittig, conocidos como “los padrinos” en la prensa checa, por estar bajo sospecha de manipulación de concesiones públicas, según explica el sitio web aktualne.cz. Algunas conversaciones grabadas apuntaban hacia Jana Nagyová, la influyente jefa de gabinete del primer ministro Petr Necas. Presuntamente habría utilizado los servicios secretos militares para espiar a numerosas personas, entre ellas a la esposa de Necas, porque, según la prensa, mantenía una relación sentimental con Necas. Nagyová, que está en custodia desde el 15 de junio, también habría sobornado a diputados disidentes de su propio partido (el Partido Democrático Cívico, ODS) al haberles ofrecido puestos en empresas públicas para disuadirles de hacer caer al Gobierno de Necas en 2012.
La oposición de izquierda reclama la organización de elecciones anticipadas en el más breve plazo. Las elecciones legislativas estaban previstas para la primavera de 2014, y los socialdemócratas (en la oposición) parten como grandes favoritos. Para evitar la votación anticipada, el ODS y sus socios de la coalición tripartita de derecha están intentado encontrar con urgencia un sustituto a Necas.
