“Aquí empieza la salvación del Oder”, dice el hidrobiólogo Robert Czerniawski señalando un riachuelo poco visible que cae primero en el río Drawa y luego en el Oder. La cuenca polaca del Oder se abastece de diez mil arroyos y riachuelos como este.
Hace unos años, unos anillos de hormigón en el ahora serpenteante riachuelo se encargaban de que "el agua fluyera rápida y libremente, sin posibilidad de crear condiciones de vida, como en un canal", explica Czerniawski. Desde que quitaron estas piezas y lo restauraron, el agua del riachuelo se limpia sola y las truchas han vuelto a desovar. "La naturaleza aprovecha las cosas inmediatamente", Czerniawski no oculta su fascinación. "Además, ahora el flujo del agua es mucho más lento debido a las curvas". Esto significa que permanece más tiempo en el entorno en lugar de precipitarse hacia el mar Báltico.
![Oder basin map](https://voxeurop.eu/wp-content/uploads/2024/02/drawa-mapa-1024x576.jpg)
La cuenca del Oder abarca un tercio de Polonia. Lo que ocurre en el río Drawa o en cualquier lugar de la Alta o Baja Silesia repercute en el estado de todo el río Oder. En 2022, el aumento de los vertidos de residuos mineros en los ríos, combinado con el bajo nivel del agua y las altas temperaturas hizo proliferar algas doradas, causando la mayor catástrofe ecológica en el río Oder. "Por lo tanto, no basta con ocuparse únicamente del lecho del Oder. Es como si al salvar un árbol solo nos ocupáramos del tronco e ignoráramos la copa, las hojas y las raíces", explica Artur Furdyna, ictiólogo y coordinador sobre el terreno del proyecto LifeDrawaPL, el proyecto de restauración fluvial más caro de la historia de la Unión Europea.
La UE destinó casi siete millones de euros a crear las condiciones adecuadas para el retorno y desarrollo de especies de peces y plantas acuáticas en peligro crítico de extinción y la construcción de pasos para peces en el río Drawa. Ahora, especies como el salmón, cuya presencia indica la buena calidad del agua, pueden volver a migrar libremente.
“No sobreviviremos con un solo salmón”
Algunos agricultores locales se muestran escépticos sobre la protección del salmón en la zona. Tienen otro problema: "los pequeños lagos de la parte alta del río Drawa están casi secos", afirma Stanisław Baliński, un agricultor de 74 años, durante una reunión sobre los problemas de la cuenca del Drawa. Según él, es absolutamente necesario aumentar el nivel de agua en uno de los lagos de la zona. No entiende por qué hay escasez de agua en el distrito de los lagos de Drawsko si las precipitaciones no han disminuido.
"La sequía puede seguir produciéndose a pesar de la normalidad de las precipitaciones", recuerda Furdyna. "Nuestras acciones, como bombear agua subterránea para regar los cultivos, reducen la absorción".
Czerniawski, también presente en la conversación, destaca que no podemos mirar solo a nuestro ombligo al hablar de recursos hídricos. Si pensamos intervenir, debemos hacerlo con prudencia, teniendo en cuenta todo el ecosistema, porque las acciones descoordinadas causarán daños. "No podemos colocar una presa o una tubería forzada en un lugar elevado sin preocuparnos de lo que ocurre río abajo", advierte Czerniawski.
Los argumentos de los expertos no parecen convencer a los agricultores locales. Afirman que están "luchando por la supervivencia y la seguridad alimentaria", ya que "un salmón no será suficiente".
El hidrobiólogo Tomasz Krepski alerta contra tales afirmaciones. "Si no cuidamos todos los niveles de este ecosistema tendremos agua que no nos servirá para nada".