Berlín,16 de febrero de 2011,
Lieber Nicolas !
El de 11 marzo nos volveremos a ver en Bruselas, en la cumbre de la eurozona, alrededor del bueno de Herman. ¡Y sobre todo veremos a Yves Leterme! Porque, según lo que me dicen mis diplomáticos, seguirá ahí, 271 días después de las elecciones. Unglaublich!¡Increíble!
En todas las ocasiones pensamos que será la última vez que le veamos. Yves últimamente parece estar en plena forma, se muestra distendido, agradable e incluso seductor, pero nuestros homólogos, como has podido constatar en la cumbre europea del 4 de febrero, están cansados. Parece que están encantados de volverle a ver y a la vez disgustados por su país, que no acaba de ponerse de acuerdo: ¡Qué fastidio! Quizás vaya siendo hora de que el eje Berlín-París vuelva a tomar las riendas de la situación.
Querido Nikolaus:
¿No debería la Unión Europea mandar un enviado especial a Bélgica, como acaba de hacer en Albania, presa del funesto bloqueo político que ya conoces? No soy la única que se plantea esta posibilidad. Pero si acaso sucediera, sería únicamente si lo pide explícitamente Bélgica.
¡Hablaremos de ello con Yves! Debemos recordarle un precedente reciente. En el caso del primer ministro griego Georges Papandreu, en lo más la grave de la crisis financiera que sacudió a su país en 2010 – mientras, que, entre nosotros, yo intentaba que se arrodillara- ¿no aceptó como consejero económico al ex ministro italiano de Economía Tommaso Padoa Schioppa? Pobre Tommaso, ya no está aquí para contarlo, pero yo no tengo nada que ver…Para la crisis belga, tenemos de sobra donde elegir entre los numerosos "has-been" disponibles y que pueden aportar su experiencia en conflictos étnicos y de carácter similar.
Tenemos al italiano Romano Prodi, que ha tenido su propio N-VA: la Liga Norte. Está el español Felipe González, que tuvo a sus catalanes y sus vascos, aunque luego diera marcha atrás y metiera la pata. También está el británico Tony Blair, que tuvo roces con los escoceses, con los irlandeses del norte y, en los últimos años, con los israelíes y los árabes, algo que si bien es un asunto serio, como sabemos también es una marca de eficacia. ¿No son todos de izquierda? Seguro que te preguntas eso, con ese pequeño gesto de disgusto…¡Apostemos entonces por uno de los nuestros! El ex primer ministro sueco Carl Bildt, aunque sigue en activo, ha dedicado mucho tiempo a impedir que los bosnios se mataran entre ellos. ¡Eso sí que es experiencia sobre el terreno! ¿Quizás te gustaría proponerles a una mujer? ¿La irlandesa Mary Robinson? Sie ist eine Dame.¿Entiendes algo de alemán o lo finges?
Pero según me dicen, a los belgas no les gustan los personajes providenciales. Al menos a los francófonos. ¿Y si les sugerimos un método europeo como la Convención? Antes de su última gran reforma, acabábamos de sacrificar al marco, ¿te acuerdas?, Europa había reunido a 105 delegados procedentes de todas las instituciones y todos los ámbitos para diseñar tranquilamente el futuro. El ejercicio se prolongó langsam durante dos años, bajo la presidencia imperial de tu predecesor Valéry Giscard d’Estaing. Nosotros no estuvimos ahí, ni tú ni yo, pero Dominique de Villepin te puede contar algo, si es que aún aceptas escucharle. Es un buen hombre, un poco como Yves…Los belgas que asistieron podrían ser testigos de ello ante los que aún son sus compatriotas: Jean-Luc Dehaene, Louis Michel, Karel De Gucht, Elio Di Rupo y Anne Van Lancker. (¿Quién es esa mujer?)
Lieber Nicolas:
Seamos más proactivos que en Túnez o en Egipto. ¡Pero cuidado con WikiLeaks! Si la crisis política belga sigue eternizándose, tendremos que organizar una intervención underground común de nuestros servicios. Los agradables manifestantes del 23 de enero podrían salir a la calle "espontáneamente", esta vez en la glorieta Schuman, para pedir que la Comisión Europea exija a los responsables políticos que aceleren el proceso.
Los manifestantes agitarían la Carta Europea de los Derechos Fundamentales, parte integrante de nuestro Tratado de Lisboa, que, entre otras cosas, trata en su artículo 41 del "derecho a una buena administración". Los francófonos de la periferia del Land de Bruselas habrían fotocopiado de antemano en formato de póster el artículo 21 sobre la "no discriminación" y el artículo 22 sobre la "diversidad cultural, religiosa y lingüística". Todos gritarían: "Ich bin eine Brüsseler!"Sí, es verdad, cuento con un gran equipo…
Los juristas de la Comisión Europea pondrán mala cara, seguro, pero saben ser dóciles, sobre todo cuando se lo pide la pareja franco-alemana, como soléis decir vosotros, los Franzosen…
¡Nikolaki!
(A Georges Papandreu, le llamo "Yorgaki"…) Sabes bien que tengo diez elecciones regionales el año que viene y que todas son cruciales. Mis electores tampoco quieren seguir pagando por los holgazanes pobres…
Así que, me mostraré inflexible. ¡Con los socialistas españoles! ¡Con los socialistas portugueses! ¡Con los belgas, aunque no sean socialistas, al menos espero que se hayan puesto de acuerdo! Con las cuentas al día o no, no se tolerará ningún laxismo presupuestario. Adoptaré sanciones sólo si es necesario. Y si por desgracia los belgas se divorcian, Niko, la situación no será mejor. Con la separación de su deuda, el euro saldrá aún más perjudicado. La próxima vez hay que hablar de estos asuntos con Yves. Es un tipo agradable, Yves. Qué complicación todo esto. Saluda a Carla de mi parte. Kuss,
Angela