Mariano Rajoy contestó ayer [15 de julio] con una rotunda negativa a la petición de renuncia planteada por la oposición 24 horas antes. Pero no lo hizo en sede parlamentaria ni en el marco de una explicación detallada del caso Bárcenas, sino al vuelo de una conferencia de prensa con el primer ministro polaco y con una declaración preparada de antemano. El presidente del Gobierno sabe muy bien que lo escuchado ayer no son las explicaciones que se le piden, y que por tanto subsiste por entero la necesidad inexcusable de hacerlo en el Parlamento.
Esto ocurrió el mismo día en que el exgerente y extesorero del PP confirmó ante el juez [Pablo] Ruz su cambio de estrategia. De negar la autoría de los papeles contables publicados por este periódico el 31 de enero, Bárcenas ha pasado no solo a reconocerlos, sino a presentarlos como el reflejo de un sistema consolidado de sobresueldos y de trajín de dinero negro en la sede central del PP. De entre los perceptores excluye a José María Aznar y carga contra Rajoy y María Dolores de Cospedal [secretaria general del Partido Popular], a los que atribuye cantidades concretas, aunque también dice no haber conservado los recibís correspondientes. Sí aportó un documento sobre la entrega de 200.000 euros en 2007 al entonces gerente del PP en Toledo, supuestamente a cambio de una contrata de limpieza, cuando Cospedal era la presidenta del PP de Castilla-La Mancha. La señalada niega tal acusación y considera las demás afirmaciones de Bárcenas como un cúmulo de “calumnias y mentiras”.
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Contrapunto
Un "chantaje" que amenaza a un país en crisis
“Rajoy no cede al chantaje de Bárcenas y sus cómplices”, titula ABC. El diario conservador denuncia una campaña para intentar derribar al presidente del Gobierno, orquestada con la complicidad de algunos periódicos, como El Mundo, también situado en la órbita del centro-derecha.
ABC recuerda que el director de EL Mundo, Pedro J. Ramírez, mantuvo una reunión con Luis Bárcenas y le ayudó a buscar un nuevo abogado.
Pero, más allá de esta polémica, el editorialista de ABC, Ignacio Camacho, subraya que:
El problema para la nación es que el cerco a Rajoy compromete la estabilidad institucional en un momento crítico. En estas condiciones se hace imposible gobernar. Si el Gabinete cayese habría un terremoto incluso de implicaciones incluso geopolíticas. Cuando Europa se desangra por debilidad estructural, España es el único país del sur de la Unión que tiene un Gobierno con mayoría absoluta. Las consecuencias de una convulsión que reventase la legislatura se parecerían mucho a un desastre.