Noticias ¿Cuál es el futuro de Europa? / 8

"Siempre más Europa", una idea peligrosa

Para hacer frente al riesgo de quiebra de los Estados miembros más endeudados, los Veintisiete han adoptado medidas (el plan de estabilización del Euro, esbozo de una gobernanza económica) dirigidas hacia una mayor integración. Pero lo han hecho, una vez más, sin pedir la opinión de los europeos, se lamenta Público.

Publicado en 5 julio 2010 a las 15:09

La Unión Europea vive actualmente un golpe de Estado antidemocrático y, aparentemente, nadie tiene nada que decir. Ni en Portugal ni en la mayoría de los países europeos. Sólo existe protesta y resistencia en el Reino Unido, cuya democracia es la más antigua y la mejor arraigada. ¿Le parece que exagero? No lo creo. Lo que yo llamo (y mido mis palabras) un golpe de Estado transeuropeo consiste en una tentativa de violación de la soberanía nacional que va a infringir los equilibrios del tratado de Lisboa y a humillar a los parlamentos nacionales. Las medidas se presentaron ante la opinión pública como progresiones importantes hacia “más Europa” y como la primera concretización de un “gobierno económico” paneuropeo. Pero los electores no han sido llamados a las urnas para votarlas en ningún momento, ni siquiera han manifestado su voluntad de votar.

Con la idea de que uno nunca se detiene en una línea recta, nos preparamos para dar un paso más grande de lo normal, de esos que podrían llevar a Europa al hundimiento, minada por el divorcio irreconciliable entre las élites federalistas y los electores que apenas se reconocen en el espacio y las reglas de las distintas democracias nacionales.

No existe correspondencia entre el espacio en el que los ciudadanos estiman tener algo que decir (que, nos guste o no, todavía es y seguirá siendo el espacio de los estados nacionales), y el espacio donde se toman cada vez más decisiones, decisiones cada vez menos populares.

La UE tiene dificultades para sustituir su propio gobierno

La Unión Europea fracasa en la prueba democrática más importante: no sabe cómo sustituir de forma pacífica su propio gobierno. Si es cierto que el Parlamento puede destituir a la Comisión, no sólo no puede hacerlo con el Consejo, sino que además ningún elector elige a sus parlamentarios europeos pensando en quién será el próximo presidente de la Comisión. No hay que creer que se trata de un problema menor, superable con la “audacia”, la “valentía” y la “visión” de supuestos líderes europeos que, digamos que no existen. Es un problema central, ya que no es posible tener más unión política sin más transferencias de soberanía, y tampoco puede haber un “gobierno económico” digno de ese nombre sin un presupuesto europeo de verdad.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

Ahora bien, si todavía podemos dudar del peso simbólico que tendría la obligación para todos los Estados de presentar en Bruselas su presupuesto (ante quién en Bruselas, eso nadie lo sabe) antes que en su parlamento nacional; si todavía podemos vivir de la ilusión de que los auténticos jefes de la Unión son los órganos comunitarios y no sus Estados miembros más poderosos (con Alemania a la cabeza); si queremos ignorar el riesgo de que una preponderancia de los Estados grandes provoque reacciones nacionalistas, no podemos, sin embargo, ignorar la imposibilidad de que se aumente el presupuesto europeo. Porque la mayoría, si no la totalidad de los Estados y de los pueblos, se negará a corto plazo.

Ventajas de recurrir al FMI

El problema de fondo que ha revelado esta crisis es que, cuando los Estados pierden el control de la política monetaria, se encuentran sin ningún medio para reponerse rápidamente ante la pérdida de competitividad de su economía. En el seno de una unión monetaria, eso sólo puede resolverse a través de transferencias internas de recursos a favor de las regiones o países afectados por lo que llamamos “choques asimétricos”. Pero para que haya transferencias internas que puedan ayudar a salir de la crisis a una región o a un país, es necesario un presupuesto mucho mayor al porcentaje actual del 1,23% del PIB de la UE. Si los líderes europeos quisiesen tragarse su orgullo desmesurado verían que recurrir al FMI (o a una institución equivalente) tiene ventajas para la salud de las democracias europeas: la traba la soberanía nacional que implica una intervención de este tipo siempre será temporal, al contrario de las transferencias de soberanía definitivas como las que se prevén actualmente.

Es cierto que algunos países (como Grecia, Portugal y España) han llegado a la situación en la que se encuentran hoy en día debido a errores que ellos mismos han cometido. Incluso podríamos decir que se merecen tener un policía (o incluso más) en su ministerio de Finanzas. Pero los daños provocados por la crisis de las deudas soberanas no deberían haber permitido que se reaccionase con medidas precipitadas que, al contrario de lo que dicen sus defensores, son más susceptibles de alejar a los ciudadanos de la Unión que de contribuir a la consolidación de este espacio. Un espacio cuyos grandes éxitos siempre han sido los de la integración económica y que ha conocido sus peores fracasos con sus sueños de transformarse en nueva potencia política. Es bueno recordar que las crisis no sólo son la ocasión de acelerar el paso sobre el camino que falta por recorrer. También son una buena ocasión para cambiar de itinerario.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema