El 13 de febrero, el europeísta Mario Draghi formó un gobierno de unión nacional y sacó a Italia de la crisis política en la que se encontraba desde hacía un mes, como consecuencia de la salida del partido de Matteo Renzi del gobierno de Giuseppe Conte, tras haber sido forzado a dimitir por la ruptura de su coalición.
El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) conseguirá una amplia mayoría parlamentaria gracias al respaldo de casi la totalidad de los partidos políticos italianos, incluidos La Ligue (extrema derecha) de Matteo Salvini y Forza Italia (derecha) de Silvio Berlusconi.Draghi tiene ahora que obtener la confianza del Parlamento italiano.
Su programa se centra en medidas para hacer frente la importante crisis económica y sanitaria a la que se enfrenta Italia, incluyendo el gasto de 209 000 millones de euros de fondos europeos (10 % del PIB) que se atribuyó a Italia en cumplimiento del plan de recuperación para Europa adoptado el pasado mes de julio.