En una reunión celebrada el 2 de marzo en Londres, los dirigentes de 17 países europeos (incluyendo a Francia, Italia, Polonia, Turquía, Alemania), Canadá, el secretario general de la OTAN Mark Rutte y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, se comprometieron a apoyar y defender Ucrania en una “coalición de buenas voluntades”.
Los países participantes acordaron aumentar el gasto militar, y París y Londres presentaron un borrador de un acuerdo de paz que prevé, entre otras cosas, un alto al fuego de un mes, así como la posibilidad de desplegar soldados y aviones en Ucrania para garantizar la seguridad de las instalaciones civiles. Planean hablar del acuerdo con Estados Unidos, cuyo apoyo sigue siendo esencial por el momento.
La reunión, prevista desde hace una semana, cobró una mayor urgencia tras la humillación que el presidente estadounidense Donald Trump y el vicepresidente J.D. Vance infligieron a su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski en la Casa Blanca el 28 de febrero. Washington amenazó con retirar su apoyo a Ucrania si Zelenski se negaba a firmar un acuerdo sobre la explotación de recursos minerales de su país y de hacer concesiones a Vladímir Putin, sin por su parte comprometerse a aceptar las garantías de seguridad demandadas por el presidente ucraniano.

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